Lun 03.06.2002

ECONOMíA  › EN 5 MESES SE EVAPORARON 4500 MILLONES DE DOLARES DEL CENTRAL

“Hay que proteger las reservas”

El titular del Central, Mario Blejer, transmitió al presidente Duhalde un mensaje de alerta. “Estamos en niveles mínimos de reservas. No se puede bajar más de acá”, le comunicó. La estrategia para intentar frenar la sangría sin queestalle el dólar.

› Por Maximiliano Montenegro

“Estamos en niveles mínimos de reservas. No se puede bajar más de acá al ritmo de las últimas semanas. Hay que proteger las reservas, porque es lo único que nos queda”, le transmitió el titular del Banco Central, Mario Blejer, al presidente Duhalde. Hay dos datos que desvelan a los funcionarios del equipo económico. En la última semana de mayo, el Banco Central otorgó redescuentos a los bancos por 710 millones de pesos. Como contrapartida, el organismo debió vender reservas a un ritmo record, para evitar que el tipo de cambio se escapara arriba de los 3,70. La relación es directa: cuánto más pesos la autoridad monetaria vuelca a la calle, para mantener abiertos a los bancos en dificultades, más se sienten las presiones cambiarias. Así, a partir de hoy, se abrirá una nueva etapa en ese inestable equilibrio. Porque la puesta en marcha del flamante plan de bonos para el corralito implicará más dinero liberado para correr al dólar. El ministro Lavagna y Blejer lo saben. Y, por eso, definirán un cupo para la compra mensual con bonos de bienes registrables, como autos cero kilómetro. También estudian ponerle algún límite a los amparos, entregando bonos de corto plazo, en lugar de pesos, a los favorecidos por las medidas judiciales (ver aparte). El otro frente de la batalla final que librará el gobierno para frenar al dólar apunta a intervenir en el negocio un selecto club de exportadores y bancos que, se sospecha, acaparan divisas a la espera de más devaluación.
Esta semana, el Banco Central blanqueará sus números al presentar al Congreso el nuevo programa de emisión monetaria para el año, ya que el previsto originalmente fue largamente desbordado. En sólo cinco meses, se emitieron más de 5000 millones de pesos, cuando la pauta anual, proyectada en enero, era de 3500 millones. Blejer guarda bajo siete llaves la cifra exacta de emisión de dinero que pedirá le autorice el Congreso. Sin embargo, según pudo saber este diario, el número superaría los 10.000 millones de pesos, una cifra que aun así luce conservadora a la luz del ritmo mensual de salida de fondos del sistema financiero: 4000 millones de pesos.
El primer capítulo del documento que el titular del Central entregará a los legisladores justifica por qué no pudo cumplir con el plan inicial: dice que la financiación al Tesoro no se excedió de lo previsto, pero sí, en cambio, los redescuentos otorgados a los bancos. El argumento es que no había forma de anticipar que el “goteo” de dinero del corralito se aceleraría tanto a partir de febrero, junto con los amparos favorables a los ahorristas.
Sea como fuere, las reservas se vienen evaporando a un ritmo que impresiona. La semana pasada, el Central vendió más de 300 millones con el módico objetivo de que el dólar cerrara la semana abajo de los 3,70 pesos. Sólo en mayo, la sangría superó los 1800 millones, aunque ahí se incluyen los pagos efectuados al Banco Mundial. Desde que asumió Duhalde, en apenas cinco meses, la pérdida supera los 4500 millones de dólares. Hoy sólo quedan poco más de 10.000 millones.
“Estamos en niveles mínimos, no se puede bajar más de acá. Hay que proteger las reservas como sea, es lo único que nos queda”, alertó Blejer al presidente Duhalde en los últimos días. La situación es tan delicada que, como adelantó Página/12, el titular del Central quiere que de ahora en más la decisión de vender reservas sea compartida con Economía y el propio Presidente. “Tiene que haber una decisión compartida, porque una cosa es la independencia del Banco Central y otra cosa es administrar lo que no es del gobierno sino del Estado. Si se toma la decisión de seguir utilizando las reservas, debe ser una decisión a nivel político. Yo tengo mandato administrativo, no político”, le comunicó al Presidente.
Aún así, si es necesario para evitar que el dólar explote, el titular del Central no dejará de vender reservas a partir de hoy, como indicaban algunas versiones. “En los próximos días, no hay otra alternativa”,afirma. Pero en sintonía con Lavagna, ensayará algunas medidas para intentar detener el drenaje de reservas, sin que el dólar estalle:
u Del lado de la oferta de divisas: el Central intervendrá el negocio cambiario de un selecto núcleo de exportadores y bancos. Mediante un circular del viernes pasado, se dispuso que todas las exportaciones de más de 1 millón de dólares deben ser liquidadas ante la autoridad monetaria. La operatoria será la siguiente: el exportador venderá sus dólares al Central, que le entregará a cambio pesos al tipo de cambio libre. Luego, la autoridad monetaria volcará esos dólares al mercado cambiario y rescatará los pesos. Hasta ahora, los exportadores vendían sus divisas a los bancos, y estos debían a su vez descargarlos en los importadores y los particulares. Sin embargo, en el equipo económico dicen que los grandes exportadores demoraban la liquidación de sus divisas –a la espera de más devaluación–, mientras que los bancos también especulaban contra el peso, acaparando en sus carteras parte de los dólares que compraban a los exportadores.
En la lista de “sospechosos” figuran el club de las grandes compañías exportadoras: desde las cerealeras y alimentarias hasta las petroleras. Y el reducido conjunto de bancos que operan fuerte en el comercio exterior: BankBoston, Galicia, Citibank, DeustcheBank, Francés, Banca Nazionale del Laboro y HSBC. Si el Central logra romper las maniobras especulativas de este segmento, deberá vender menos reservas propias para calmar el mercado cambiario.
u Del lado de la demanda de dólares: Blejer y Lavagna deberá definir cómo se irán liberando los pesos del corralito, que se descuenta aumentarán la presión sobre el dólar. El nuevo plan implica que con los bonos se podrán comprar bienes registrales, pero la reglamentación determinará qué proporción de los bonos irá rescatando mensualmente el Tesoro, al depositar pesos en las cuentas a la vista de los vendedores del bien. “Este es un número fundamental que todavía no lo tenemos determinado”, dicen en el Central. Dicho de otro modo, todavía no está resuelto cuántos pesos deberá volcar mensualmente el gobierno a la calle para financiar las operaciones con bonos. O cuántos fondos se permitirá que pasen del corralón de los plazos fijos al corralito de las cuentas la vista, previa escala por los bonos. “Pueden ser 1000 millones de pesos mensuales, no lo sabemos. Dependerá de cuántos opten por los bonos. Pero tenemos que ver los números y poner un límite”, aseguran en el equipo económico. Esa cuenta dependerá también de la cantidad de reservas que habría que vender para “esterilizar” los pesos adicionales que deberán emitirse mientras no haya el suficiente superávit fiscal para rescatar los bonos.
El otro punto que se estudia es poner un coto definitivo a la salida de fondos vía amparos, también mediante un bono. Sin embargo, además de que todavía no está claro cuál sería la reacción de la Corte, el problema que se plantea es fiscal: si se entregara el bono en dólares a 3 años, el costo para el fisco sería muy elevado (ver aparte).
La precaria ingeniería para mantener controlado al dólar apunta a construir un puente hasta fin de mes. Porque tanto Lavagna como Blejer confían en que habrá acuerdo con el Fondo Monetario. Y, aunque admiten sólo habrá refinanciación de vencimientos con el propio organismo, ello permitiría recuperar los dólares que Argentina le pagó a los organismos internacionales desde enero. Son unos 1500 millones de dólares, que permitirían comprar algo más de tiempo.

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