Lun 03.06.2002

ECONOMíA

6 reacciones al plan bono

Claudio Lozano, economista CTA:
“Una vez más la sociedad y los pequeños y medianos ahorristas están pagando el pato. El plan tiende a preservar el sistema y a los grandes bancos. No va a generar reactivación económica ni cosa que se le parezca.
La cuestión a partir de que se instaló el corralito era inscribir la salida del mismo en el marco de una estrategia de reactivación, para evitar que los costos de la crisis se trasladaran a la sociedad. La salida del corralito, bajo criterios mínimamente sensatos, supone la posibilidad de caída de algunos bancos; que se caigan bancos obviamente afecta el nivel de empleo, por lo cual el tema era manejable sólo en el marco de una estrategia de reactivación. La segunda cuestión es que había que hacer mínimo el costo fiscal, trasladando la responsabilidad de la crisis a los bancos. El Estado debió asumir la responsabilidad de cubrir solamente a la banca pública o a la banca social cooperativa, aquella que pueda ser funcional a un nuevo esquema financiero. En tercer lugar había que establecer un criterio de justicia para la devolución de los fondos, salir del corralito estableciendo un mecanismo que permitiera que los pequeños y medianos ahorristas recuperaran sus ahorros fundamentalmente sobre la garantía que pudiéramos establecer sobre los grandes deudores del sistema financiero. Un cuarto criterio es que la salida del corralito tenía que estar atada a la gestación de un nuevo sistema financiero centrado en un mayor predominio de la banca pública y cooperativa y en la reestructuración del papel de la banca extranjera y la banca privada local, básicamente porque el sistema financiero que tuvimos hasta hoy ha sido incompatible con la posibilidad del desarrollo: ha sido un sistema concentrado, extranjerizador, que concentró el crédito en las grandes firmas perjudicando a pequeñas y medianas, y benefició a la Capital dejando afuera al interior.
Como el gobierno hizo mal todo durante los últimos 4 meses (es decir, primero produjo una devaluación y luego un régimen cambiario inadecuado, que ha provocado un estampida del dolar; produjo una pesificación asimétrica, en donde por un lado los bancos tienen que devolver fondos a 1,40 y los grandes deudores tienen que devolver los créditos a un peso), generó un conjunto de mecanismos que terminaron deteriorando la cartera de los bancos y les generó la excusa para que hoy digan que el que tiene que hacerse cargo de esto es el Estado.
El régimen que se adopta hoy va a generar un nuevo costo fiscal sobre la sociedad argentina, que puede implicar hasta 100 mil millones de pesos más de deuda pública. Los pequeños y medianos ahorristas van a ver efectivamente confiscada una parte más alta de sus ahorros, porque van a tener que vender compulsivamente sus bonos, ya que no pueden esperar. Y los que terminan siendo preservados son los bancos, los grandes deudores y los grandes ahorristas, que tuvieron durante estos cuatro meses la posibilidad de por vía judicial ir sacando sus ahorros, e incluso todavía se les deja margen para que puedan seguir haciéndolo.

Manuel Solanet, economista:
El programa de Roberto Lavagna incluye segmentos nuevos, con fondos no sujetos al corralito, donde la gente puede depositar y poner su dinero en los bancos, y abrir cuentas en dólares. También se abren nuevos inconvenientes. Tengo mis dudas. De esto depende el desempeño futuro del sistema. Creo que la gente va a ser muy reacia a volver a depositar su dinero en los bancos. Serán el Nación y la banca oficial los que tendrán más preferencias. Desgraciadamente, los bancos oficiales son para los depositantes una mayor garantía que los internacionales.

Eduardo Curia, economista:
La reactivación es difícil, y la cotización de los bonos va a depender del programa monetario. Habrá una pérdida muy grande de la cotización de estos títulos. La posibilidad de reprogramar los depósitos, sumado a la indexación de los ahorros, se presenta para los bancos como un dramático y terrible problema. Al darse la reprogramación, hay compromiso de devolución de los bancos. Los plazos fijos en pesos alcanzan los 30 mil millones, como los depósitos reprogramados se indexan con el CER esta cantidad se puede recuperar bastante. Esto se hace un fangote de depósitos y de pesos virtuales: esto se le presenta a los bancos como un dramático y terrible problema. La devolución de depósitos reprogramados, que son indexados a partir del 2003, es muy difícil.

Eduardo Conesa, economista:
El plan bono algo va a reactivar. Se podrán comprar casas y autos, es positivo. Sin embargo, los mecanismos son muy complicados. Habría que hacer algo simple. Mucha gente se va a perjudicar más de la cuenta. El ahorrista va a perder hasta un 60 por ciento del valor de los depósitos en dólares. Las medidas deberían estar más vinculadas a la producción y a reestructurar el sistema bancario. No queda claro como se posicionan los bancos, estos quedan vaciados. Tampoco van a estar contentos los depositantes. Los de los bonos es una solución parcial. Sirven para comprar cosas, pero sólo tendrán este uso.

Mario Rapoport, economista:
“Si el plan anunciado no va acompañado de otras medidas no sirve para salir de la recesión, y probablemente continuará caída de la producción. Este es un plan para salvar al sistema financiero -como lo fue el plan Bonex de Carlos Menem- y no a los ahorristas. Implican algunas medidas de estímulo de la demanda, como la posibilidad de usar los ahorros para comprar bienes como, por ejemplo, automotores. Aunque estos impulsos son muy tímidos y no se ve claramente como pueden contribuir a salir de la recesión, ya que, por ejemplo, no se incluyen las viviendas usadas. Los ahorristas pierden aproximadamente un 70 por ciento de los depósitos. Otro que pierde es el Estado que se hace cargo del financiamiento del plan a partir de la pesificación asimétrica y la emisión de bonos. Si pensamos que el Estado representa a los ciudadanos, el principal perjudicado es el conjunto de la población. Con respecto al corralito, parte del dinero bloqueado podría usarse e un plan de construcción de viviendas que tendría claramente efectos reactivadores, algo que no está planteado en las medidas anunciadas. Este plan se como parte de una política que busca acordar con el Fondo Monetario Internacional, y seguir con sus recetas, que no ayudan a salir de la crisis. Probablemente, si es que llegan, los fondos se utilicen para pagar los intereses de la deuda. Lo que no se tiene en cuenta en el diseño de estas políticas es la responsabilidad de la banca en la crisis, ya que la banca extranjera sigue sin hacerse cargo de los ahorros y el Estado tiene que salir a rescatarla. Deberían haber asumido la caída de algunos bancos extranjeros y seguir adelante con un fuerte apoyo a la banca estatal y cooperativa. Estas medidas están en línea con las políticas económicas de los últimos 25 años, un modelo que no termina de morirse y que, hoy más que nunca hay que cambiar. Para reconstruir el sistema financiero es necesaria la reactivación, que es imposible sin la intervención del Estado. Hoy el Estado interviene, pero para salvar a los sectores que se han beneficiado con enormes ganancias en el pasado y hoy no quieren que la crisis los toque. Si bien la crisis económica es muy profunda lo importante en el futuro es el recambio del sistema político, que se muestra totalmente ineficaz para transformar el modelo. Y uno de los problemas más graves que tenemos hoy es que el Estado está totalmente carcomido por dentro. El plan anunciado por elministro Lavagna sedan en un momento en que la gente empieza a tomar conciencia de algunas cuestiones. Por ejemplo, que el sistema de las AFJP no sirve y fue una de las causas del déficit durante los últimos años, y que la banca extranjera no era tan segura como parecía. Un plan reactivador debería reforzar la banca oficial tratando de que juegue el rol que la banca privada no cumple”.

Mario Cafiero, economista:
“Evidentemente el plan no es reactivante, aunque intenta ser un poco más flexible en cuanto a la utilización de los ahorros. El consumo no se puede reactivar con estas medidas. Y la consecuencia es que el Estado se vuelve a endeudar para salvar a los bancos, que son responsables de la situación actual. Las medidas tienen un costo fiscal enorme, pero todavía no se puede estipular porque no se sabe cuántos ahorristas van a elegir el bono. Esos recursos se tendrían que haber utilizado para estimular el consumo popular. También se debería investigar por qué los bancos han salido indemnes de la crisis, porque son ellos los que tienen que pagar, aunque algunos se caigan.”

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