ECONOMíA
Exportadores de carnes reaccionan por el aumento de las retenciones
Varias eran las señales del Gobierno acerca de una alza de las retenciones si los precios seguían subiendo, pero los frigoríficos recién presentaron una propuesta con la medida ya implementada.
› Por Claudio Scaletta
La cadena cárnica y el Gobierno acordaron un compás de espera de 15 días antes de volver a reunirse para evaluar, con los números en la mano, la efectividad de las nuevas medidas de contención de precios. El objetivo es esperar que “el mercado” fije nuevos valores “posretenciones”, para luego discutir un nuevo acuerdo a fin de evitar nuevas subas. El consorcio exportador ABC ofreció, a cambio de la eliminación de retenciones y devolución de reintegros, aportar al Estado 2500 dólares por tonelada de cuota Hilton exportada, oferta que sólo conformó a quienes la formularon.
Luego de eliminar reintegros y subir las retenciones del 5 al 15 por ciento, el Gobierno pareció tenderle la mano a los exportadores. Desde el Ministerio de Economía se dejó saber la existencia de “disposición” para “escuchar propuestas alternativas” a las medidas, aunque siempre con la condición de que el efecto final sea el mismo: enfriar los precios. Si bien durante el fin de semana continuaron las declaraciones contrariadas de los afectados, la mano extendida logró generar expectativas entre algunos exportadores y voceros. No faltó tampoco quien creyera en una posible marcha atrás gubernamental. Pero las expectativas dejaron de lado un componente esencial: pocas decisiones de política económica fueron más preanunciadas que la reciente suba de retenciones a las carnes. La evolución de los números del Indec durante los últimos meses, enfrentada a la necesidad de mantener a raya los precios en un contexto de inminentes negociaciones paritarias, eran para muchos observadores una suma de señales suficiente.
En la reunión mantenida ayer en la Secretaría de Agricultura los representantes de las carnicerías se limitaron a escuchar; las dos cámaras de supermercadistas, que esta vez no se contaron entre quienes motorizaron la carrera alcista, se comprometieron a acompañar el mantenimiento del “nuevo nivel de precios una vez que sea establecido por el mercado”, y los consignatarios negaron ser los responsables de los aumentos y, más allá de las postergaciones, continuaron quejándose por la reducción del peso de faena. Una de las cinco cámaras que agrupan a los frigoríficos, ABC, acompañado por Unica, propuso conceder al Estado, si daba marcha atrás, 2500 dólares por cada tonelada exportada de la cuota Hilton. Estos cortes de altísima calidad se destinan a Europa y se comercializan a un promedio de 8500 dólares la tonelada.
Aunque los funcionarios de Economía se limitaron a decir que estudiarían la medida, el primer acercamiento a los números indica que la propuesta será rechazada. Sucede que con las retenciones el Gobierno puede influir sobre el precio de alrededor del 25 por ciento de la faena, unos 14 millones de cabezas por año. Las 28 mil toneladas de la Hilton, en cambio, demandan cerca de 1 millón de cabezas, poco más del 7 por ciento.
El debate de ayer volvió a las razones de los aumentos de precios. Parte de la explicación se encuentra en la mayor demanda externa, tanto por la salida del mercado de Estados Unidos, por el brote de vaca loca, como por los más recientes problemas de Brasil con la aftosa, que ya significaron que Argentina ocupe su lugar en las ventas a Chile. Algunos analistas destacaron que el temor por la gripe aviaria provocó también un injustificado aumento de la demanda de carnes rojas en Europa. De todas maneras, el mercado externo es poco más de un cuarto de la producción local, el resto se consume fronteras adentro y, en un contexto de oferta estancada, el consumo interno también experimentó una fuerte recuperación por la mejora de la economía.
Según comentó un referente del sector frigorífico a este diario, la escapada de precios de las últimas semanas no puede explicarse sólo por el lado de la demanda. “En el mercado de hacienda también existen las profecías autocumplidas”, indicó. “En las últimas semanas los consignatarios comenzaron a hablar de aumentos de precios en Liniers, y cuando esto sucede los ganaderos retienen animales a la espera de que el precio suba”, explicó. A juicio del empresario, “esos precios no podían durar, porque no iban a ser convalidados por la demanda”, concluyó. Precisamente de esto se trata el receso de 15 días hasta una nueva reunión: esperar el nuevo precio que convalidará la demanda para luego discutir cómo mantenerlo.
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