El consumidor no se ve beneficiado por una mayor oferta, puesto que en las carnicerías y supermercados los cortes siguen con los precios altos del mes pasado. Desde Agricultura adelantan que ajustarán los controles en la cadena cárnica para detectar maniobras.
› Por Claudio Zlotnik
“Es una vergüenza que los precios no hayan bajado. La carne tiene que bajar ya mismo. Algún eslabón de la cadena se está quedando con la diferencia y vamos a ajustar los controles. No se puede esperar ni un minuto más.” Marcelo Rossi es el titular de la Oncca (Oficina Nacional de Control Comercial Agropecuario), la dependencia encargada de supervisar la transparencia en el mercado agroganadero. Esa reacción ante Página/12 adelanta la decisión del Gobierno de salir a presionar para lograr una baja en el precio de la carne a nivel minorista. En las últimas semanas se notó una sensible caída de los valores en el Mercado de Hacienda de Liniers, reducción que no se trasladó a los mostradores de las carnicerías ni a los supermercados.
La suba de la carne es uno de los temas que más preocupa a la Casa Rosada y al Palacio de Hacienda. Fue uno de los rubros que más subió el año pasado –se ubicó en el Top Five con el 21,3 por ciento– y que más peso tiene en la canasta básica. Hace un mes se acordó con los empresarios un congelamiento de los precios, pero en ese momento el consenso entre los representantes del sector era que, una vez pasadas las fiestas de fin de año, los precios retrocederían. Pero eso no ocurrió, a pesar de las bajas que se vieron en Liniers.
En los últimos 40 días, en el Mercado de Hacienda hubo fuertes caídas. El problema es que no se trasladaron a los consumidores. Desde las carnicerías explicaron que habían bajado los novillos pero no así las vaquillonas, que son el principal consumo en la Capital Federal. A juzgar por los propios datos oficiales de Liniers, en un relevamiento realizado por este diario, ese argumento es falaz. Los descensos ocurrieron en todas las categorías: los novillos disminuyeron 9,8 por ciento; los novillitos, un 11,8 por ciento; y las vaquillonas (que reemplazan a los cortes de ternera), un 14,1 por ciento.
Ante esas cifras, desde Agricultura fueron contundentes: “No vamos a escatimar medidas. Hay muchos que se hacen los vivos y se están quedando con la diferencia. Haremos chequeos rigurosos para lograr que la mejora de los precios llegue a los consumidores”, remarcó Rossi.
La Oncca no puede controlar los precios en forma directa pero entre sus atribuciones figura la posibilidad de inspeccionar el funcionamiento transparente del mercado agrícola. En Economía aseguran que endurecerán los controles en los próximos días para detectar las supuestas irregularidades. En el equipo económico creen que existen varios flancos para atacar: operaciones en negro que se pactan entre los distintos eslabones de la cadena; posibles subfacturaciones en las ventas de ganado; y exagerados márgenes de rentabilidad. En las próximas horas también se reforzarán los cruces de información entre el Palacio de Hacienda y la base de datos de la AFIP. En la Oncca aseguran que para este año tendrán un presupuesto record, en torno de los 25 millones de pesos, y que privilegiarán las inversiones en fiscalizaciones.
Respecto de los precios, en los despachos oficiales detectaron algunas rebajas –presentadas a modo de oferta– en algunas cadenas de supermercados. También se notó que algunos cortes populares cuestan entre 20 y 25 por ciento menos en zonas del conurbano, como Quilmes o Berazategui. Se trata de carne de menor calidad proveniente de novillos grandes. “No alcanza. Las rebajas deben extenderse y trabajamos a toda máquina para lograrlo”, aseguró Rossi a este diario.
La carne se ha transformado en un tema clave para el Gobierno. Los acuerdos con las compañías líderes de la alimentación vienen funcionando y ahora quieren ampliarlos. Pero el sector cárnico viene siendo el más resistente a los pactos, gracias al viento a favor que implican la apertura de nuevos mercados internacionales, a buenos precios en dólares, y un consumo interno que no para de crecer.
Desde Agricultura niegan que haya faltante de carne, el último diagnóstico que difundieron los carniceros para fundamentar los altos precios. “Es mentira. Entre noviembre y diciembre, la producción aumentó en 12 millones de kilos con respecto al año pasado”, apuntó Rossi. Con este dato en la mano, el funcionario desestimó la posibilidad de dar marcha atrás con la medida que prohibió el faenamiento de terneros. “El proceso será lento pero los precios bajarán”, auguró el funcionario.
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