Mié 09.01.2002

ECONOMíA  › LA DEMANDA DE SALVATAJE DE LOS BANCOS IMPIDIO EL ACUERDO

Un alto precio para no dejar el barco

Las banca extranjera planteó un duro reclamo a Economía. El respaldo que reclaman a cambio de pesificar los créditos asciende a 6000 millones. El Gobierno analiza la nacionalización de la banca si hay un abandono masivo.

› Por Claudio Zlotnik

Heridos por la devaluación, los bancos fueron por la revancha. Las entidades financieras más grandes, de origen extranjero, ya dejaron trascender que dejarían la Argentina en caso de que el Gobierno no los compense por la salida de la convertibilidad. Reclaman una ayuda de entre 5000 y 6000 millones de dólares. En Economía analizan la situación con mucha preocupación ya que la salud del sistema financiero es una pieza vital para la recuperación económica. Jorge Remes Lenicov se los manifestó a los banqueros con todas las letras: “quiero encontrarle una solución al problema de los bancos, porque de lo contrario será imposible restablecer el crédito”. El ministro estaría dispuesto a crear o aumentar impuestos para cumplir con la demanda de los financistas. Aunque, por su lado, Eduardo Duhalde analiza un conjunto de opciones. Alguna de ellas extremas, como la estatización de la banca.
Desde que Duhalde prometió en su discurso ante la Asamblea Legislativa que se respetará la moneda en que fueron hechos los depósitos que quedaron atrapados en el corralito, los principales bancos de plaza iniciaron una fuerte presión al Gobierno. Se incrementó cuando Remes anunció la devaluación y el Congreso aprobó una ley pesificando los créditos inferiores a los 100 mil dólares. Según calcularon banqueros consultados por Página/12, ese límite abarcaría a préstamos por 20 mil millones.
El reclamo de los banqueros es que se los compense con entre 5000 y 6000 millones, que sería la pérdida que les provocaría la devaluación, al mantener en dólares los depósitos y pasar a pesos parte de su cartera crediticia.
- Unos 700 millones anuales saldrían de un impuesto equivalente al 20 por ciento de las exportaciones de crudo.
- Según Remes, podría crearse o aumentarse impuestos, de acuerdo a lo que les comentó ayer a los banqueros, aunque no hizo más especificaciones.
Con ese dinero, los bancos podrían ir devolviendo el dinero encerrado en el corralito. “Es urgente que el Gobierno transparente esta situación ante la gente. Hay que decirle que pasarán varios años hasta que se pueda reintegrar todo el dinero”, remarcó un banquero que compartió las dos horas de reunión en el Palacio de Hacienda con parte del equipo económico, el presidente del Central, Roque Maccarone, y una docena de ejecutivos.
Para no tener que ser ellos los que terminen asumiendo los costos, los bancos redoblaron la presión sobre el Gobierno. Desde Madrid, la casa matriz del BBVA calificó la situación de “catastrófica”. En forma paralela, un informe del banco de inversión ING Barings previó la posibilidad de que las entidades financieras españolas decidan la retirada. “Si la situación se deteriora más y el retorno sobre el nuevo capital no está claro, el retiro es una posibilidad”, señaló el trabajo del ING.
Un detalle que no pasó desapercibido en la city fue el impago de un vencimiento de deuda del Scotiabank Quilmes. Si bien el banco señaló que no podía girar el dinero al exterior debido al control de cambios, hay quienes sospechan que el default fue una maniobra para dejar al descubierto la precariedad de la situación argentina y el enojo de los bancos con el Gobierno. Algunos manifestaron que fue una especie de “cacerolazo bancario”. “El Gobierno mira la situación desde lo ideológico y político y se olvida de lo técnico. Así es muy difícil entenderse. La Argentina corre el riesgo de aislarse del mundo por muchos años”, reaccionó un importante banquero que aceptó dialogar con este diario.
Enterado del enojo corporativo, Eduardo Duhalde dedicó las últimas horas a analizar diversas opciones sobre la suerte de los bancos. La más polémica es una para nacionalizar la banca. En el más estricto de los secretos, el Presidente pidió el último fin de semana que colaboradores suyos diseñen distintos escenarios. En uno de ellos se analizó una eventual salida de los bancos extranjeros y la estatización de la banca.También se consideró la solución a la mexicana, en donde el Estado se hizo cargo de los activos y pasivos de las entidades financieras y se fueron devolviendo los depósitos a medida que se iban cobrando las hipotecas y demás créditos. Esta solución terminó en un escándalo que afectó gravemente el prestigio del anterior partido de gobierno, el PRI, por el sacrificio de fondos públicos en favor de la banca privada.
Desde las casas matrices de los bancos extranjeros, se ha planteado una firme posición de no girar más fondos, que podrían amplificar las pérdidas. Enfrentan las críticas de sus accionistas por la excesiva exposición en Argentina. Entre estos riesgos, no es menor el peligro de quiebra de las empresas deudoras por créditos (no pesificadas), que de no encontrar una salida podrían arrastrar en su caída a las propias entidades financieras.

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