El oro superó los 700 dólares la onza, valor que no se registraba desde hace 25 años. En la city local también empezó una fuerte ola especulativa. Motivos de esa intensa movida internacional.
› Por Claudio Zlotnik
Por primera vez en 25 años, ayer la onza de oro superó la barrera de los 700 dólares. Cerró exactamente en 701,50 en Wall Street y en Londres, con una suba de 21,60 dólares respecto del cierre del lunes. La continua escalada incrementó la demanda del metal precioso en las agencias de cambio de la city porteña, a tal punto que se notaron faltantes de monedas y de lingotes. Los especialistas creen que la tendencia alcista continuará, sobre todo si se profundiza la crisis entre EE.UU. e Irán.
Las monedas preferidas de los pequeños y medianos inversores argentinos son los mexicanos y la sudafricana kruger-rand. También se despachan lingotes de hasta un kilo. El salto en el precio del oro impactó en estos activos. Los mexicanos, que abrieron la semana a 590 dólares, ayer se vendían a 735. En tanto, el lingote de una onza pasó de 590 a 750 dólares en una sola jornada.
Si bien los cambistas aseguran que el panorama no tiene comparación con la histeria que suele provocar una abrupta suba del dólar, en la city destacaban que ayer se formaron algunas filas frente a los mostradores para comprar oro. En algunas agencias bursátiles la demanda los superó y se quedaron sin stock. Las empresas no se quisieron quedar al margen del fenómeno: algunas líderes hicieron sus apuestas. A diferencia de los inversores más chicos, las compañías no adquieren oro físico, sino que operan a través de índices. En cuanto al Banco Central, el 5 por ciento de sus reservas está constituido en oro. Tiene el equivalente a 1200 millones de dólares.
La escalada del oro parece imparable. En lo que va del año, el alza fue del 33 por ciento. En el último mes esa tendencia se aceleró: en la primera semana de abril, la onza se cotizaba a 600 dólares. Hace siete años, en 1999, el oro tocó su mínimo de 250 dólares la onza.
El argumento-excusa de los operadores para explicar el boom refiere al último contrapunto entre Estados Unidos e Irán, que podría alterar el delicado equilibrio geopolítico global. Entre los inversores impactó el escepticismo con que la administración Bush reaccionó ante la carta enviada por el presidente iraní, Mahmud Ahmadineyad. Según la Casa Blanca, el intento de acercamiento “no resuelve la preocupación internacional sobre la seguridad” que suscita el programa nuclear iraní.
Hay más causas que explican el boom del oro.
- La continua debilidad del dólar frente a las principales monedas es una de ellas, ya que hay grandes fondos de inversión internacionales que describen el salto, venden los billetes verdes y los bonos del Tesoro estadounidense y se pasan al metal amarillo.
- El encarecimiento del barril de petróleo, que ayer volvió a superar los 70 dólares, es otro incentivo a comprar oro por parte de quienes suponen que esa situación desembocará en un alza de la inflación en los países centrales. Históricamente el oro funcionó como refugio de los procesos inflacionarios. Durante esos ciclos, el oro es una de las pocas inversiones que no se desvalorizan.
- Hay expertos que aseguran que China saldrá a los mercados internacionales a comprar oro en los próximos meses. En la actualidad, ese país posee tan sólo el 1,3 por ciento de sus reservas en oro. En Wall Street y en Beijing coinciden en que llevarán esa relación a entre el 3 y el 5 por ciento del total.
- El Consejo Mundial del Oro, ligado a las principales compañías mineras internacionales, dio a conocer en un informe que la demanda global del metal como inversión se incrementó 26 por ciento en el último año.
- La trepada del oro es acompañada por el resto de los metales. El platino, por ejemplo, cerró ayer en 1230 dólares y acumula un alza del 25 por ciento en el año. El cobre se encareció 65 por ciento en el último año. Lejos de los negocios bursátiles, semejante salto tiene impacto en la economía real: algunos productos de la construcción, como los cables de cobre, registraron fuertes incrementos en los últimos meses.
¿Hasta dónde puede llegar el “súper-oro”? Tanto en la city como en Wall Street coincidían en que no falta mucho para quebrar la marca de octubre de 1980, cuando la onza tocó el record de 870 dólares. En ese momento, la inflación en Estados Unidos era del 12 por ciento anual, un escenario muy poco probable en la actualidad. Lo que sí parece jugar a favor del ciclo alcista es la acelerada especulación que se registra en los mercados internacionales y la fuerte demanda de China.
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