ECONOMíA
“Dispuesto a ayudar”, Paul O’Neil espera un “programa sustentable”
El secretario del Tesoro de los Estados Unidos se “horrorizó” con los saqueos, pero aclaró que, antes de apoyar, Estados Unidos espera que Argentina presente un “programa económico sustentable”. Una misión del FMI partió ayer con informes actualizados.
“Creo que todos nos horrorizamos ante las escenas de disturbios sociales que vimos en televisión. Nadie puede sentirse contento con eso”, declaró ayer el secretario del Tesoro de Estados Unidos, Paul O’Neil, al ofrecer una conferencia de prensa destinada a transmitir la voluntad de su gobierno en asistir financieramente a la Argentina. Sin embargo, pese al horror por los “disturbios” y las ganas de ayudar, el responsable de la política económica estadounidense remarcó que es preciso que primero el gobierno de Eduardo Duhalde “articule un programa económico sustentable”. Cumplido ese requisito, se comenzará a analizar el envío de fondos frescos, para lo que habría voluntad política.
“Estados Unidos espera que el gobierno argentino comience pronto a dar pasos hacia una base creíble, para que el FMI suministre asistencia financiera si eso (el plan sustentable) parece garantizado”, insistió O’Neil. Desde Washington se sigue de cerca la evolución de la crisis argentina y las acciones que está tomando el Gobierno. Una misión del FMI, a la que se había sumado el jefe de auditores para Argentina, Tomás Raichman, partió ayer hacia Estados Unidos con informes actualizados.
“Los técnicos estuvieron observando el estado de las cuentas fiscales, pero también se llevaron informes sobre la Ley de Emergencia y el nuevo cuadro de situación creado por la devaluación”, comentó un miembro del equipo económico, que pidió reserva de identidad. Entre los datos que recopilaron estuvo la evolución de la recaudación. En diciembre registró una abrupta caída del 28,3 por ciento, por lo que se recolectaron escasos 2818 millones de pesos, el monto más bajo en seis años. En el año, la caída fue del 7,5 por ciento respecto a 2000.
Con esas cifras, el FMI exigirá un dramático ajuste del gasto en 2002 para equilibrar las cuentas. Sin ese recorte, el Gobierno deberá olvidarse de conseguir los 15 mil millones de dólares que está esperando con la garganta reseca. A principios de diciembre, Domingo Cavallo acudió a Washington en un desesperado intento final por obtener un waiver (perdón) del Fondo y recibir 1260 millones de dólares. La respuesta fue que si quería aspirar a que se reconsiderara el envío, tenía que elegir entre algunas de las siguientes opciones: devaluar o producir un ajuste temerario para cumplir con el déficit cero. Después de que todo dio varios tumbos en el transcurso de un mes, el Fondo aprueba que se haya devaluado, pero ahora también quiere el ajuste.
“No vengan a Washington sin antes tener aprobado el Presupuesto 2002 y las cuentas claras”, le dijo uno de los técnicos del FMI al equipo de Remes Lenicov. O’Neil tradujo ese mensaje a lenguaje diplomático. Dijo que “estamos ansiosos porque el nuevo gobierno articule e instrumente un programa económico sustentable que devuelva estabilidad y crecimiento a la Argentina”. Y eso habilite el auxilio del FMI, organismo cuyas acciones están orientadas en buena medida por lo que decida el gobierno estadounidense, su principal aportante.
El número dos de Economía, Jorge Todesca precisó ayer que Argentina tiene pendiente de cobro “unos 9000 millones de dólares del ‘blindaje’”, que podrán efectivizarse cuando se renegocie la deuda. “El crédito volverá a ser operativo cuando renegociemos. Automáticamente se destrabarán créditos suspendidos del Banco Mundial y del Banco Interamericano de Desarrollo, por un total, entre los tres organismos, de 15.000 millones de dólares”, señaló Todesca.
La visión de O’Neil sobre esos créditos es más cauta. Sostuvo que, por ahora, “hemos estado en contacto directo con la gente de Argentina, trabajando a través del FMI”, y que “se discuten los pasos que ayudarían a crear esas nuevas condiciones” para un plan sustentable. También transmitió que “el presidente Bush ha expresado nuestro continuo interés y preocupación por la gente de Argentina”. El presidente y el secretario del Tesoro se comunicaron con sus pares argentinos, Eduardo Duhalde y Remes Lenicov, según aclaró O’Neill, quien insistió en su mensaje de apoyo. Pero, como se dijo, para que se destraben los créditos todavía habrá que esperar.