Pasadas las 22, seguían las deliberaciones. En despachos de la Casa Rosada, la ministra de Economía, junto al secretario de Comercio Interior y funcionarios de la Presidencia seguían buscando delinear el plan destinado a facilitar el acceso a la vivienda para sectores de ingresos medios y otros con restricciones de acceso al crédito. A esa altura de la noche, puertas afuera del lugar de las deliberaciones, había una sola certeza: hoy en el Salón Sur de la Casa de Gobierno, aproximadamente a las 18, el presidente de la Nación deberá estar haciendo el anuncio del plan.

Los dos ejes en los que trabajaban los equipos técnicos hasta anoche eran el acceso al crédito para la compra de vivienda y la construcción de unidades habitacionales para alquilar. La sola difusión de los lineamientos de las medidas despertó fuertes expectativas entre banqueros y constructores, que sienten que los nuevos instrumentos van a agilizar el giro de sus negocios. Pero no tanto en los inquilinos, que no avizoran cambios sustanciales en lo inmediato.

“Nos parece muy bien que se apunte a resolver el problema haciendo más accesible la compra, porque eso va a descomprimir el mercado de alquileres”, respondió a la consulta de Página/12 el ingeniero Fernando Esquerro, presidente de la Asociación de Empresarios de la Vivienda, que nuclea a desarrolladores e inversores en el negocio inmobiliario. Aunque se excusó por no conocer en detalle las medidas en estudio, indicó que por los trascendidos “el Gobierno está trabajando en ideas que van en esa dirección”.

“Nuestra actividad está en crecimiento, particularmente en el caso de construcción de viviendas por particulares. Pero los que están adquiriéndolas son fundamentalmente aquellos que invierten en ladrillos, no los que van a habitarlas”, describió Esquerro. En general, se trata de emprendimientos en zonas muy cotizadas y, por lo tanto, de imposible acceso para los sectores más populares de población. “Ahora hay que apuntarle a quien va a ser el usuario de la vivienda”, subraya el empresario. En tal sentido, destacó como medidas plausibles la posibilidad de flexibilizar ciertas regulaciones del Banco Central que hoy traban el acceso al crédito (“sin afectar la solidez del sistema bancario”, aclara) o bajar los impuestos sobre el valor de la vivienda “para el que adquiere”.

Esquerro, de todos modos, no alienta expectativas acerca de que el paquete que se lance hoy pueda traer soluciones en forma inmediata. “La verdadera solución de fondo es armar un sistema como el que tienen Chile, México o incluso Perú, países en los que existe un subsidio claro y transparente al comprador. Subsidiemos al comprador, no al empresario”, destacó.

Así como los empresarios inmobiliarios, se descuenta que los directivos del sector de la construcción y del sector bancario acompañarán hoy a las autoridades cuando se lance el plan. Además de Miceli y Moreno, Martín Redrado estará hoy junto al Presidente en el momento del anuncio. Entre las medidas que anoche se mencionaban como parte del paquete, se cuentan:

- El Banco Central duplicaría el tope en el valor de los inmuebles (de 100.000 a 200.000 pesos) sobre los que se podrá prestar hasta el 90 por ciento para la vivienda única, sin un castigo en las exigencias de capital propio comprometido.

- Se buscaría mejorar la calificación de los clientes mediante un sistema “scoring” para demostrar que son buenos pagadores –no sólo de crédito sino también de alquiler–, cuando no se puedan acreditar los ingresos.

- Se abaratarían los gastos asociados al préstamo, en particular los asociados a la compra mediante crédito hipotecario: administrativos, seguros de vida y gastos de escribanía.

- Desde el lado de la oferta, se incentivaría la construcción de nuevas viviendas a través de un sistema de crédito con requerimientos más laxos.

-El plazo de los préstamos se extenderá hasta 30 años, aunque aún resta por conocer a qué tasa se hará. Los bancos privados sostienen que ésta no podrá ser menor al 10 por ciento, al tiempo que pretenden que el Estado subsidie tres o cuatro puntos de esa tasa.

Los más altos funcionarios involucrados en el tema seguían anoche trazando las últimas líneas, buscando compatibilizar un paquete que reclama generar confianza y, al menos, mostrar preocupación oficial por el tema de la vivienda y los alquileres.