ECONOMíA › EL GOBIERNO PAGO CON RESERVAS UN VENCIMIENTO DE DEUDA CON EL BID
Si no hay más joyas, venderás la vajilla
Sin acuerdo con el Fondo, para evitar el default con los organismos se pagaron 550 millones de dólares al BID con reservas del Banco Central. La entidad promete devolverlos en créditos, pero en seis semanas. Mientras tanto, las reservas cayeron por debajo de la línea de los 9000 millones.
El Gobierno tuvo que extraer 550 millones de dólares de las reservas del Banco Central para no caer en cesación de pagos con el Banco Interamericano de Desarrollo (BID). Roberto Lavagna confirmó que el vencimiento con el organismo se pagó con “recursos propios”, pero se apresuró en aclarar que la Argentina recibirá créditos del propio BID y del Banco Mundial que compensarán esa pérdida. Sin embargo, los bancos tardarán un mes y medio en completar los desembolsos, tiempo durante el cual las reservas se verán debilitadas. Un problema todavía mayor es que los préstamos sumarán 446 millones de dólares, 104 millones menos de lo que salió del Tesoro del BCRA.
El ministro de Economía se esforzó en demostrar que la operación tuvo un efecto neutro, cuando en verdad hundió el nivel de reservas por debajo de los 9000 millones de dólares y afectó la capacidad de defensa del valor del peso. En seis semanas se recuperará una parte de lo cedido, pero el balance será igualmente deficitario. El Gobierno confía en que podrá sobrellevar la situación sin que se dispare el dólar mostrando avances en la negociación con el FMI. La visita del secretario del Tesoro de Estados Unidos, Paul O’Neill, y de la “comisión de expertos” de ex presidentes de bancos centrales serán fundamentales para la suerte de esa estrategia. Si todo sale bien y se llega a un acuerdo con el FMI, la Argentina recuperará los fondos que giró a los organismos durante el año y podrá recomponer sus reservas.
Cuando estuvo en Washington a fines del mes pasado, Lavagna llegó a un acuerdo de emergencia con las autoridades del Fondo, consistente en patear al 2003 los vencimientos que la Argentina debía afrontar este año. Pero no pudo pactar las mismas condiciones con el BID, porque el estatuto de la entidad le impide conceder prórrogas. El directorio del FMI dio ayer la primera muestra de cumplimiento de aquel acuerdo. Dispuso la extensión por un año de un pago por 985 millones de dólares que había que hacer esta semana.
“La situación económica de la Argentina es extremadamente difícil para que pueda cumplir con los compromisos sin sufrir riesgos o dificultades excesivas”, concedió el director gerente del Fondo, Horst Koehler, a través del comunicado en el que se dio a conocer la noticia. “Con esto, la relación con los organismos está cero kilómetro”, se entusiasmó Lavagna, antes de admitir la salida de divisas para pagarle al BID. Sobre este punto, el ministro explicó que en el transcurso del próximo mes y medio el BID desembolsará 296 millones de dólares “sin ningún condicionamiento”. Y adelantó que el organismo destinará una línea de 500 millones cuando se cierre el acuerdo con el Fondo, de los cuales 240 millones serán utilizados para cubrir el déficit fiscal de las provincias y el resto se destinará a la reestructuración del sistema financiero.
La otra ayuda que consiguió el Gobierno para que la pérdida de reservas no fuera tan fuerte fue un préstamo de 150 millones de dólares del Banco Mundial, también, “sin ningún condicionamiento”. Esto quiere decir que los fondos serán remitidos por más que fracasen las negociaciones con el FMI. El crédito “llegará en los próximos días”, anunció Lavagna. El resultado final entre los préstamos y el pago al BID es negativo para la Argentina en 104 millones de dólares.
A pesar de ese balance, el Gobierno cosechó declaraciones elogiosas del FMI y del BID. Koehler “felicitó a las autoridades por mantener el control sobre el gasto público en esta situación” de crisis y “por su decisión de mantenerse al día con sus obligaciones con los organismos multilaterales”. Además, reiteró su complacencia con algunas medidas recientes, “incluyendo las satisfactorias reformas a la Ley de Quiebras y la derogación de la Ley de Subversión Económica”, así como los avances para lograr acuerdos con las provincias sobre el déficit fiscal. Finalmente, el titular del Fondo señaló que “el próximo paso del diálogo del FMI con las autoridades argentinas se concentrará en la adopción de una estrategia para fortalecer al sector bancario, aumentar la independencia del Banco Central ydesarrollar un ancla monetaria creíble”. Todos estos puntos son los más difíciles de resolver, y serán encarados en las charlas con la comisión de “especialistas” y con O’Neill.
En el Palacio de Hacienda sostienen que el acuerdo se alcanzará, a más tardar, en setiembre. Las vacaciones de los funcionarios del FMI durante todo agosto conspira contra las aspiraciones de firmarlo antes. Pero el mes que viene no hay vencimientos importantes con los organismos.
El presidente del BID, Enrique Iglesias, explicó que no se concedió una prórroga para el vencimiento de ayer porque lo impide el estatuto de la entidad. Pero sostuvo que “el BID siempre consideró que las medidas especiales que ha venido tomando el gobierno argentino para tener un programa sólido y coherente, ameritan acuerdos con la comunidad internacional que apoyen el inicio de una recuperación del crecimiento”. A pesar del apoyo, el Gobierno sigue sometido al deterioro de las reservas internacionales mientras se prolonga la negociación con el FMI.