Lun 02.04.2007

ECONOMíA

Las facturas de las empresas de servicios ahora llegan vía mail

Desde ayer rige la factura digital para prepagas, tevé paga y proveedores de Internet. Es para las transacciones con otras empresas, pero también se ofrecerá a los clientes domiciliarios.

El cartero llama cada vez menos. Primero fue el correo electrónico y ahora llegó la hora de las facturas digitales. Desde ayer, las empresas de medicina prepaga, servicio de TV por cable y satelital, y las proveedoras de Internet están obligadas a emitir boletas electrónicas. Esto implica que las operaciones comerciales se deberán cerrar sin el uso de papel. A través de esta norma, la AFIP busca disminuir el nivel de evasión, mientras que las empresas se verán beneficiadas con una reducción en sus costos, sobre todo las que emiten comprobantes por montos pequeños. Por ahora, la medida no impactará sobre el consumidor final sino sobre los responsables inscriptos que requieren boletas clase A y B. Sin embargo, las compañías que sean obligadas a incorporar este sistema de facturación también intentarán ofrecerles el servicio a sus clientes residenciales.

La factura electrónica comenzó a regir en el país de manera optativa el 1º de abril de 2006 y durante los primeros meses adhirieron al nuevo régimen apenas 12 empresas. El 21 de diciembre la AFIP emitió una nueva norma donde se estableció un cronograma de incorporación obligatoria al sistema. Ahora es el turno de las actividades mencionadas anteriormente y a partir del 1º de julio se sumarán los servicios de telefonía móvil. Las firmas que se desempeñan dentro de estas actividades tienen la obligación de emitir nuevas facturas para los responsables inscriptos, dejando fuera no sólo a los consumidores finales sino también, por ejemplo, a los monotributistas. Para las empresas de medicina prepaga el universo es más restringido aún, se limita a otros responsables inscriptos que sean personas jurídicas.

De esa manera, el organismo de recaudación busca tener información precisa sobre cada una de las transacciones que realicen las empresas. “Esta norma es un paso más de un proceso progresivo. Con el Código de Autorización de Impresión (CAI) que entregan las imprentas de facturas desde hace años, podemos saber qué y cuántos comprobantes pide cada empresa. Ahora, la factura electrónica nos entrega dos datos más: si utilizó esas boletas –es decir cuántas transacciones realizó– y cuánto dinero facturó en ellas. Nos permite conocer cada operación”, señaló a Página/12 una fuente de la Dirección General de Fiscalización.

Para las compañías supone una disminución en los costos, debido al ahorro en los gastos correspondientes a papel, ensobrado, distribución y logística. Además, podrán liberar parte del espacio físico donde hasta ahora almacenan los talones de pago, que la AFIP les obliga a conservar durante más de una década.

Según el organismo fiscalizador, ingresar en este sistema no implicará mayores gastos ni la instalación de un nuevo software para las empresas, ya que “se utilizan formatos que cualquier empresa anotada en la AFIP ya conoce y de los que ya está interiorizada. No se necesitan programas extras. Y todo lo que tiene que ver con la inscripción es con la clave fiscal, que las compañías ya tienen”. Además de las posibilidades de mayores controles fiscales, desde el Estado se prevé que la cuestión tendrá otras ventajas, como la unificación de la información comercial y de los datos impositivos que los contribuyentes tienen que entregar. “Desde diversos sectores nos habían planteado la necesidad de que se estandarice la información, para que no se le pidiera a cada firma los mismos datos desde varios lados. A través de estas facturas eso se empieza a lograr”, sostuvo la fuente.

La medida establece que no es obligatorio emitir facturas electrónicas para los consumidores finales, decisión que por ahora deja a salvo a los clientes poco familiarizados con el universo virtual. No obstante, en la AFIP anticiparon que la intención final es reemplazar de manera definitiva la operatoria tradicional para que las facturas dejen de ser depositadas en los buzones de las casas y comiencen a aparecer en las bandejas de entrada de los mails.

“A partir de julio se suma a las compañías de telefonía móvil a esta normativa. Y después se seguirá ampliando hacia otros rubros, en un camino que en el mediano plazo llegará a incluir la obligatoriedad de enviar este tipo de boletas a los clientes finales o, al menos, a algunos de ellos. A estos primeros tipos de firmas que entran será a los primeros que se les exigirá que extiendan el servicio a los consumidores finales”, comentaron en el organismo recaudador. Mientras tanto, serán las empresas las que busquen sumar a los clientes residenciales de manera voluntaria.

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