ECONOMíA › ACUERDOS Y DIVERGENCIAS EN LA CUMBRE ENERGETICA. BLOQUE REGIONAL POLITICO
La idea de la OPEP del gas quedó desdibujada en la declaración final de la cumbre. Un gasoducto que una a todos los países también. No se avanzó con el proyecto del Banco del Sur. Hubo un compromiso de unión energética y de creación de una entidad política regional.
› Por Raúl Dellatorre
Desde isla Margarita
En un trámite absolutamente inusual en este tipo de encuentros, los presidentes de los países que participaron en la Cumbre Energética Suramericana invirtieron prácticamente 12 horas, en menos de 24, en reuniones para buscar el consenso final para el documento que le dio nacimiento a la Unión de Naciones Suramericanas. “Unasur, por fin”, expresó Hugo Chávez, presidente anfitrión, describiendo lo que había resultado un trabajoso parto. Cuando la criatura alumbró, el presidente argentino, Néstor Kirchner, ya no estaba presente: había dejado la isla Margarita unas dos horas antes de la finalización de las deliberaciones, lo que provocó un indisimulable disgusto en el mandatario venezolano. De todos modos, Argentina adhirió sin condicionamientos a las propuestas venezolanas, tanto la de unión regional como a las que presentó en materia energética. En cambio, tanto esfuerzo por lograr un consenso dejó un lastre en el nivel de adhesión de otros mandatarios: al menos uno, Evo Morales, firmó “con observaciones” el punto referido a biocombustibles.
El maratón de reuniones se prolongó desde el atardecer del lunes hasta bien entrada la madrugada, casi hasta las 3, cuando cena de por medio siguió discutiéndose políticamente en torno del proyecto de unión de naciones del sur, que deja en un segundo plano los acuerdos regionales de la CAN (Comunidad Andina de Naciones) y el Mercosur, y entierra definitivamente el proyecto de Comunidad Sudamericana de Naciones. Retomaron las conversaciones ayer bien temprano, apenas cumplida la ceremonia de la foto junto a la piscina del Hilton Margarita. Este rito se cumplió con atraso, por la demora de Kirchner en arribar al punto de encuentro, provocando las chanzas de Lula y un reproche de Chávez.
El afán por retomar la reunión de presidentes abortó el encuentro previsto entre los ministros de Finanzas, cuyo objetivo era avanzar en el proyecto Banco del Sur. Desde poco después de las 10 hasta ya iniciada la tarde, deliberaron a puertas cerradas, consiguiendo plasmar recién a media tarde el documento que resumiría las posiciones. Conforme a lo que trascendió, las principales diferencias y debates se dieron en las cuestiones energéticas. El documento estrictamente político, titulado “Decisiones del diálogo político entre los jefes de Estado y de Gobierno”, que da nacimiento a la Unasur, se cerró en la noche del lunes. Allí se designa a la entidad como Unión de Naciones Suramericanas, se designa una secretaría permanente con sede en Quito, Ecuador. La parición de la Unasur supone un cuestionamiento al rol de la CAN y el Mercosur. “Hasta ayer se hablaba de una convergencia entre estos dos bloques, pero se llegó a la comprensión de que no son instrumentos para la unión política, son instrumentos comerciales”, describió Chávez en la conferencia de prensa del cierre.
La mayor divergencia se dio en torno del pretencioso proyecto energético propuesto por Chávez. Lo que hasta el lunes aparecía como la posibilidad concreta de llegar a un acuerdo de sumarse a la organización de países productores y exportadores de gas del sur, finalmente quedó en una expresión general de intenciones de “trabajar con miras a establecer una sistematización y evaluación del balance energético sudamericano, con el fin de proyectar una matriz energética regional, identificar opciones de integración energética y fomentar proyectos de integración”. El acuerdo de asociación en una entidad de productores y exportadores quedó circunscripta a los impulsores iniciales: Venezuela, Bolivia y Argentina.
Tampoco se logró un compromiso conjunto de los participantes en torno de la idea de una interconexión que involucrara a todos en un sistema de gasoductos. Apenas quedó expresado en el documento en forma elíptica el propósito de “promover a través de inversiones conjuntas el desarrollo y expansión de la infraestructura de integración energética de la región”. El propio Chávez explicó, hacia el final de la Cumbre, que el Gasoducto del Sur volverá a tratarse como cuestión trilateral entre Argentina, Brasil y Venezuela en julio, en un encuentro en el Nordeste brasileño.
Flexibilizando, resignando definiciones, postergando acuerdos, se fueron encontrando caminos para la firma de un documento final común, donde quedaran destacados los acuerdos antes que las diferencias. Sin embargo, el punto en el que no se logró igual grado de compatibilización es el de los biocombustibles. Aunque Chávez redujo en parte su grado de confrontación con el proyecto conjunto de Estados Unidos y Brasil de avanzar en la elaboración de bioetanol, diferenciando la postura de uno y otro país, las discrepancias quedaron plasmadas en el documento final. Según pudo saberse, Evo Morales se negó a firmar el documento tal cual quedó redactado: “Expresar su reconocimiento al potencial de los biocombustibles para diversificar la matriz energética suramericana”, sin condena alguna a aquellos métodos de elaboración que signifiquen sacrificar producción de alimentos en beneficio de la elaboración de combustibles. Así lo reflejó en el documento original, en el que arriba de su firma estampó, de puño y letra, el señalamiento “con observación al punto biocombustible”.
Los esfuerzos por conciliar posiciones con Brasil, hechos en principio por Argentina y posteriormente por Venezuela, no lograron un resultado pleno. Brasil no habría aceptado que tales condicionamientos a sus planes de producción de biocombustibles en base a maíz quedaran expuestos en el documento. Argentina, en particular, se posicionó más flexible ante las experiencias de producción de bioenergía, aunque “teniendo en cuenta una lógica propia y no siguiendo la necesidad de Estados Unidos”. Venezuela terminó asumiendo como propia esta posición, incluso sobreactuada: Chávez le pidió públicamente a Lula que aprovisionara a su país con 200 mil barriles diarios de etanol durante los próximos años, que incorporaría como mezcla en sus gasolinas sustituyendo el componente más tóxico (tetraetilo de plomo). Pero dando por supuesto que la producción se hará a partir de caña de azúcar y sin eliminar tierras fértiles para la producción de alimentos. Sirvió para convencer a Lula, pero alejó a Evo.
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