La Secretaría de Comercio Interior notificó ayer a las empresas Shell y Petrobras que les aplicará multas por insuficiente provisión de gasoil al mercado, incurriendo así en faltas a las obligaciones impuestas por la Ley de Abastecimiento. La difusión de la medida encendió una polémica en un terreno ya de por sí suficientemente confuso, dado que las cuatro comercializadoras de combustibles que además refinan su propio producto hicieron públicas las cifras de ventas al mercado interno. En todos los casos, aseguran estar abasteciendo a las estaciones de servicio por encima de los niveles del año pasado, incremento que equipara o supera, en algunos casos, al aumento registrado en el consumo. Sin embargo, en cientos de puntos de venta el gasoil falta. Como en el juego infantil del Gran Bonete, la pregunta es “pues entonces, ¿quién lo tiene?”.

La cartera que dirige Guillermo Moreno se limitó a dar a conocer a algunas agencias de noticias y unos pocos medios que se había dispuesto aplicar “cuatro multas a Shell y una a Petrobras, por sumas que pueden alcanzar a un millón de pesos cada una”, pero no difundió las respectivas resoluciones. Recordó la misma fuente que la Ley de Abastecimiento prevé la prisión del máximo responsable de la empresa” en caso de reiteración de la falta.

El procedimiento que habría seguido Comercio Interior –según se deduce de la información parcial que dio a conocer– fue efectuar verificaciones en las estaciones de servicio durante el último fin de semana, y a partir de ahí notificar a las empresas donde se detectaron incumplimientos a las obligaciones vigentes por la Ley de Abastecimiento. “Tras la notificación, se sancionará a las petroleras”, indicó la misma fuente.

Petrobras fijó posición anoche frente a esa información a través de un comunicado de prensa, en el que asegura que “se encuentra abasteciendo al mercado por volúmenes que exceden los entregados (en igual período) el año pasado”. En relación “al caso testigo tomado a los fines de la formulación de cargo efectuada por Comercio Interior, Petrobras Energía SA efectuó a dicho cliente en el pasado mes de mayo entregas de gasoil que superan en 20 por ciento el volumen correspondiente al mismo mes de 2006”.

Shell, por su parte, sostuvo que en los primeros cinco meses del año aumentó en un 9,7 por ciento sus ventas del combustible al mercado interno. La empresa angloholandesa recordó que no realiza ventas directas de combustible a productores y que todas sus ventas, “con excepción de aquellas dirigidas al transporte de pasajeros y a unas pocas industrias”, las canaliza a través de su red de estaciones de servicio.

Esso y Repsol YPF también informaron que están entregando más gasoil que en los primeros meses del año pasado. La petrolera norteamericana asegura que aumentó 10 por ciento el abastecimiento, y que esta semana estirará el salto hasta un 15 por ciento por sobre los volúmenes de entrega del año pasado. La petrolera hispano-argentina informó, contradiciendo a las entidades agropecuarias, que “no hay problemas de abastecimiento para el campo, tenemos una red de distribuidores de gasoil exclusivamente para el sistema del campo y eso está a tope en los tanques”.

La firmeza de las grandes cifras de las empresas se contrapone a la imprecisión de los datos oficiales, pero no se compadece con lo que se observa en muchas estaciones de servicio. Quizá parte de la explicación se encuentre en el corrimiento del negocio de las estaciones blancas –casi condenadas a desaparecer en las actuales circunstancias– hacia las redes de bandera de las principales petroleras, que “ahora agotan en 12 horas los volúmenes que antes vendían en 24”, según uno de sus voceros. Pero que aun así resulta insuficiente para explicar el fenómeno que ayer exponía un dirigente de Federación Agraria: “En mi provincia, La Pampa, gasoil no encontrás, pero si estás dispuesto a pagar 2,20 pesos el litro tenés todo el que quieras”.