ECONOMíA › QUEBRO UNA COMPAÑIA DE HIPOTECAS EN ESTADOS UNIDOS
Al cierre de las operaciones se informó la debacle de una entidad crediticia de EE.UU. Temor por las repercusiones en el mercado.
› Por Claudio Zlotnik
Parecía que la jornada financiera se anotaba otro saldo favorable, pero en los minutos finales de las operaciones se encendieron las luces de alarma. La noticia de que una compañía crediticia estadounidense había caído en bancarrota provocó una corrida de último momento. Y si bien algunos precios de los activos financieros terminaron en terreno positivo, los operadores se fueron a dormir nerviosos. También en los despachos oficiales prevén que el día de hoy será complicado.
Como la ola de ventas de bonos y acciones ocurrió hacia el final de la tarde, el mercado cambiario fue ajeno a ese sobresalto. Aunque por una suma módica, alrededor de 10 millones de dólares, el Banco Central se dio el gusto de volver a comprar billetes verdes. Lo hizo para sostener la cotización por encima de 3,12 pesos en el segmento mayorista. El Banco Nación también salió a adquirir divisas. Los exportadores prefirieron liquidar divisas, ayer lo hicieron por unos 100 millones, ya que los bancos les prestaban pesos al 20 por ciento anual. Optaron por pasarse a la moneda local antes que acumular dólares. Al cierre de las operaciones, el panorama había cambiado: con las turbulencias en Wall Street, los financistas prevén un nuevo salto del tipo de cambio. En tanto, el público minorista consiguió billetes verdes a 3,16 pesos, sin cambios respecto de la jornada anterior.
Mientras duró la calma, la tasa interbancaria descendió otro escalón, del 14 al 12,5 por ciento anual. Más pronunciada resultó la caída para las entidades de segunda línea, del 17 al 13,5 por ciento. Para asegurar la liquidez del mercado, el BC volvió a recomprar Letras y Notas, por un total de 150 millones de pesos.
Hasta el súbito derrumbe en Wall Street, la situación financiera parecía encaminarse hacia una normalización tras el severo sacudón de la semana anterior. En Nueva York, el índice Dow Jones subía el uno por ciento, en línea con lo ocurrido pocas horas antes en Europa, cuyas bolsas cerraron con mejoras de 2 por ciento en promedio. A nivel local, los papeles de la deuda también avanzaban 2 por ciento en promedio. Los últimos datos sobre la marcha de la economía estadounidense ayudaban a esa recomposición.
Todo cambió cuando la American Home Mortgage, una empresa especializada en brindar créditos hipotecarios, anunció que debería liquidar activos para evitar la quiebra, consecuencia de la falta de pago de los clientes menos calificados. Los financistas ya descuentan lo peor: la acción de la compañía derrapó de 9,5 dólares a tan sólo un dólar en un par de horas. La salud del mercado inmobiliario y su eventual impacto en el mercado financiero y en la economía estadounidense se encuentra en el ojo de la tormenta.
A la novedad de American Home Mortgage se le sumó una nueva alza en el precio del barril de petróleo, hasta los 78,30 dólares. La tendencia de la Bolsa de Nueva York se revirtió inmediatamente, arrastrando a los mercados emergentes. El Dow Jones finalizó con una caída del 1,1 por ciento, mientras que el S&P 500, el índice que incluye a las principales compañías estadounidenses, perdió 1,3 por ciento y terminó a cinco puntos de la barrera psicológica de 1450 puntos. Varios bancos de inversión alertaron que si quiebra ese valor podría sobrevenir un severo ajuste en el mercado accionario neoyorquino.
En Buenos Aires, el índice de acciones líderes MerVal bajó 0,3 por ciento y los bonos perdieron lo que venían ganando y cerraron con caídas de hasta 2,9 por ciento (Par en dólares). Anoche, algunos operadores alertaban sobre la posibilidad de una nueva ola de salida de capitales desde la región, lo que reavivaría las presiones sobre el tipo de cambio y las tasas de interés. Ni el Banco Central ni el Ministerio de Economía eran ajenos a esta expectativa negativa. Desde Reconquista 266 repitieron que se mostrarán muy activos si, como se supone, la jornada se complica. Y si bien hasta el momento Martín Redrado coordinó con algunos bancos públicos la venta de divisas para calmar el mercado cambiario, en su entorno insistían en que la autoridad monetaria echaría mano a las reservas –que hasta ayer sumaban 44.190 millones de dólares– para ahuyentar una eventual ola especulativa.
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