Lo aseguró José Portillo, titular del Oncca, organismo de control comercial agroalimentario. El sistema funciona en granos, carnes y leche.
› Por Raúl Dellatorre
El sistema de compensaciones a la producción de materias primas agrícolas exportables y a la industria que las procesa se convertirá en un régimen permanente de regulación del Estado sobre la renta diferencial del agro. Así lo dejó entrever el titular del Oncca, organismo de la Secretaría de Agricultura y Ganadería responsable del control comercial agropecuario. “El sistema se va a consolidar, hay una tendencia a que continúe el alza de precios de las materias primas en el mundo y si queremos evitar la repercusión en el precio interno de los alimentos, hay que profundizar el alcance de estos instrumentos; ahora el sistema está funcionando, y nuestro mayor desafío es que pueda extenderse a las economías regionales”, planteó en diálogo con Página/12 el titular del Oncca, José Portillo.
En un encuentro en el stand de la Secretaría en la Exposición Rural de Palermo, Portillo, junto con la responsable del área Compensaciones de la Oncca, Noemí Muchnik, hizo un balance del funcionamiento del sistema desde el inicio del año. Con dificultades de implementación al principio, los funcionarios evalúan que el régimen se fue ajustando hasta llegar a un nivel de cumplimiento más adecuado a los objetivos. Desde que empezó, se otorgaron compensaciones por más de 190 millones de pesos, pero en el último mes se alcanzó un ritmo del orden de los 15 millones de pesos por semana, aseguraron los responsables del área.
El objetivo original de este instrumento fue buscar mecanismos equilibradores para que los precios finales del mercado interno –alimentos, fundamentalmente– no reflejaran la suba del precio de las materias primas en el mercado internacional. Esto porque los exportadores, ávidos de no perder el negocio de colocar granos, carnes o leche en mercados muy demandantes, terminaban fijándole el precio al mercado. Vale recordar que la cotización de las materias primas aumentaron en los últimos dos años, en algunos casos, por arriba del 100 por ciento.
Si se obligaba al productor a vender al mismo precio, sin aumento, al industrial local y al exportador, el negocio quedaba todo para el último. Además, se desalentaba a la producción que veía pasar de largo este buen momento de altas cotizaciones. La solución propuesta fue fijar precios de referencia por producto, compensar al productor cuando vendiera por abajo, compensar al industrial cuando comprara pagando por encima de ese valor, y establecer retenciones adicionales al exportador para equilibrar su resultado neto y financiar, así, el régimen de compensaciones.
Con diversos contratiempos, el sistema se fue poniendo en marcha en los primeros meses del año para lácteos, carne avícola, bovina y de cerdo, trigo y harina, y aceites de soja y girasol. De los 191,3 millones de pesos en compensaciones repartidos hasta el 31 de julio, casi 77 millones fueron para el sector avícola y 62,5 millones para los productores lecheros. Entre ambos, el 73 por ciento del total.
Según Portillo, el monto de compensaciones recibido por cada sector dependió en gran medida del grado de organización alcanzado para presentar las solicitudes. “En el caso de los productores lecheros, fueron las propias usinas (industrias) las que juntaron las declaraciones de los tambos proveedores y presentaron las solicitudes; esto agilizó mucho el sistema y evitó errores; en el sector avícola, el beneficiario es el establecimiento faenador cuya producción se destine al mercado interno, lo cual facilita la presentación porque están constituidas como empresas, y es un número más reducido que el de los productores”, explicó el funcionario. “En el trigo se da el caso inverso, en el que sobre 50 mil productores registrados ante la AFIP, sólo pidieron compensaciones tres mil, principalmente los de mayor volumen.”
En la medida que el mecanismo de compensaciones se extienda a todo el país y a una zona de producción más extendida, el régimen podrá cumplir más eficientemente con el objetivo de regular los precios en los distintos eslabones de la cadena agroalimentaria. Sin mencionarlo, el titular de la Oncca fue describiendo un mecanismo que, en la práctica, sustituirá el controvertido sistema de acuerdos de precios instrumentado, un poco a los empujones y ya casi exhaustos, desde la Secretaría de Comercio Interior.
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