El dólar subió a 3,17 pesos, bajaron la Bolsa y los bonos; la tasa volvió a escalar. Fue en reacción a otra dura caída de Wall Street. El Gobierno pagó un vencimiento y transmite calma.
› Por David Cufré
Hace dos semanas que la city se sacude. Un día es por el dólar, otro por los bonos, otro por las tasas y si no por las acciones. Y hay días como el de ayer, en que la agitación se produce en todos esos terrenos al mismo tiempo, acusando el impacto de un nuevo desplome de la bolsa de Nueva York. El dólar minorista escaló un centavo, a 3,17 para la venta; la tasa de interés en operaciones interbancarias subió un punto y medio, hasta 14 por ciento, los bonos cedieron 0,8 en promedio y el índice MerVal de la bolsa de Buenos Aires retrocedió 1,7 por ciento. Frente a ese escenario, el Gobierno envió distintas señales para demostrar que la turbulencia financiera no le hace perder el control: libró la orden de pago para cancelar un vencimiento de deuda por 2530 millones de dólares y confirmó que lanzará un bono por 1000 millones de dólares con Venezuela, mientras que el Banco Central ratificó una emisión por 700 millones de pesos para el próximo martes.
El contexto internacional adverso volvió a marcar el ritmo en la plaza local. La bolsa de Nueva York sufrió una dura caída de 2,1 por ciento que barrió con la recuperación que había experimentado ese mercado los dos días previos, debido a que se difundieron nuevos datos que agravaron la percepción de que la crisis con las hipotecas es profunda y podría ser duradera. La agencia de evaluación de riesgo Standard & Poor’s le bajó la nota al banco de inversión Bear Stearns, uno de los principales reaseguradores de entidades minoristas que colocan títulos atados al pago de las hipotecas. La calificación pasó de estable a negativa. La visión que gana terreno en Wall Street es que la caída de rentabilidad en ese mercado, el crecimiento de la morosidad y la posibilidad de que se genere un círculo vicioso pueden contagiar al resto de la economía estadounidense.
Al igual que en jornadas anteriores, la baja de Nueva York golpeó las economías emergentes. La bolsa de San Pablo derrapó 3,4 por ciento, la de México descendió 2,4 y la de Chile, 0,4.
Los bonos, por su parte, finalizaron con una pérdida de 0,8 por ciento en promedio. Los más castigados fueron el Descuento en pesos (-2,5) y el Bogar 2018 (-1,6). Con estos resultados, los bonos registraron un declive de 2,0 por ciento en la semana y de 4,4 desde principios de año.
Los títulos en pesos son los que más caen por la salida de inversores del exterior que deciden pasarse a dólares y abandonar el país, en busca de refugio en los bonos del Tesoro de Estados Unidos. Ese movimiento eleva la demanda de dólares y empuja hacia arriba su cotización. El Banco Central intervino ayer para evitar que los valores en el mercado mayorista tomaran vuelo. Cuando se empezaron a pactar operaciones a 3,1470 pesos (contra el cierre de 3,1380 de anteayer), la autoridad monetaria salió a vender de manera directa –ayer no hubo operaciones a través de la banca oficial– y logró un retroceso a 3,140. A nivel minorista, la cotización se movió un centavo, a 3,13 para la compra y 3,17 para la venta.
La demanda es principalmente de inversores del exterior, aunque también se compone de bancos y empresas. El volumen de transacciones fue de 600 millones de dólares, ligeramente por debajo del promedio de los últimos quince días. “Lo que se ve es que nadie sale del dólar y por primera vez en las últimas dos semanas se apreció un poquito más de demanda del público minorista”, señaló a este diario Fernando Izzo, de ABC Mercado de Cambios. También se advierte cierta parsimonia de los exportadores para liquidar sus divisas, especulando con alguna suba adicional.
Desde el Central indican que, más allá de la tensión financiera, está desplegando una política que tiende a darle más volatilidad al mercado cambiario, a fin de desalentar la llegada de capitales especulativos. El saldo de ayer terminó siendo vendedor en cerca de 5 millones de dólares. Las reservas internacionales cayeron a 44.002 millones de dólares, aunque desde la autoridad monetaria aclararon que fue por la compra de divisas que hizo el Gobierno para pagar el vencimiento del Boden 2012 por 2530 millones de dólares. La cancelación fue costeada con recursos ahorrados por el Tesoro.
En Economía afirman que las necesidades de financiamiento de este año están totalmente cubiertas, lo que aísla al país del bajón internacional, al menos por los próximos seis meses. Por otra parte, se insistió en que existen vías alternativas de financiamiento, como el bono por 1000 millones de dólares que se colocará con Venezuela. El Central, a su vez, confirmó que el martes hará una licitación de Nobac y Lebac por 700 millones de pesos, la mitad de los vencimientos de ese día.
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