Los problemas con los vuelos seguirían por la multiplicación de conflictos gremiales. El Gobierno estudia sanciones y no descarta que Marsans se quiera ir. Encuentro con Zapatero.
› Por David Cufré
La suspensión, reprogramación y cancelación de vuelos de Aerolíneas Argentinas podría continuar afectando a la compañía y a sus usuarios en las próximas semanas. El Gobierno estudia sanciones a la empresa por esta situación y algunos funcionarios no descartan que el grupo español Marsans esté preparando el terreno para abandonar la compañía. La cuestión será analizada en las reuniones que Néstor Kirchner y Cristina Fernández mantendrán esta semana con el jefe de Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, en el marco de la Cumbre Iberoamericana en Santiago de Chile y cuando lo reciban el próximo sábado en Buenos Aires. También está prevista la llegada de los dueños de Aerolíneas, Gerardo Díaz Ferrán y Gonzalo Pascual, en momentos en que el funcionamiento de la empresa volvió a ponerse en tela de juicio.
En parte, los constantes incumplimientos de horarios y la reprogramación de servicios se deben a que Aerolíneas atraviesa una etapa de creciente conflictividad con algunos de los siete sindicatos que representan a sus trabajadores. El puntapié inicial lo dio el gremio de los pilotos, que denunció el incumplimiento del régimen de licencias obligatorias. Ante esa situación, la empresa debió conceder todas juntas las vacaciones atrasadas y se generó un problema operativo con los vuelos. El sindicato aseguró que más allá de esa circunstancia, Aerolíneas tiene aviones parados por demoras en su mantenimiento. El Gobierno advirtió que estudia sanciones por el eventual incumplimiento de las inversiones prometidas por la compañía.
El sindicato de los trabajadores de tierra, del que participan los empleados que atienden al público en los mostradores, prepara medidas de fuerza porque la empresa no accede a reducir su jornada laboral de 9 a 8 horas. El gremio sostiene que sus trabajadores son los únicos de toda la compañía que prestan servicio durante esa cantidad de horas. También asegura que había llegado a un acuerdo con las autoridades para bajar una hora y que el convenio no fue respetado por el grupo Marsans. Cada uno de esos conflictos repercute en las operaciones diarias de Aerolíneas.
En este contexto, el Gobierno tiene plazo hasta el próximo día 23 para decidir si amplía hasta 20 por ciento su participación accionaria en la empresa o se queda con el 5 por ciento que consiguió el año pasado en un acuerdo con los dueños de Marsans. En el Ministerio de Economía hay quienes proponen ganar ese 15 por ciento para que el Estado tenga fuerza para plantear un cambio en el equipo gerencial que se encarga del día a día de Aerolíneas, al que atribuyen una gestión deficiente. Esos funcionarios postulan capitalizar la deuda que la empresa tiene con el Estado por impuestos y créditos con bancos oficiales. En total, esa deuda llega a 60 millones de pesos. Marsans objetaría que ese dinero alcance para pagar el 15 por ciento del paquete accionario.
La lectura que hacen algunos hombres del Gobierno es que Marnans estaría pensando en alejarse de Aerolíneas. Se basan en dos hechos. El primero es que en los últimos dos años, Marsans fue trasladando a Austral la mayoría de los vuelos de cabotaje que antes operaba la empresa. El 75 por ciento de los vuelos domésticos ahora los realiza Austral, cuando anteriormente Aerolíneas tenía el 70 por ciento del mercado. Austral es una empresa con menor conflictividad gremial y condiciones laborales más flexibles, en la que se desempeñan unas 1200 personas, contra 7000 de Aerolíneas. Marsans tiene el 100 por ciento de las acciones de Austral.
En segundo lugar, los funcionarios que siguen de cerca el manejo de la empresa ven con preocupación el crecimiento que viene teniendo la aerolínea Air Comet, también del grupo Marsans. Es una compañía que tomó las rutas de la caída Air Madrid y se convirtió en la mayor competencia para Aerolíneas Argentinas en los vuelos a Madrid. También le saca pasajeros al resto de Europa, en operaciones manejadas desde Chile. Air Comet está radicada en España. Marsans estaría invirtiendo fuertes sumas para consolidar esta empresa, lo que despierta sospechas de que en realidad su objetivo sea manejarse con ella en el plano internacional y con Austral en el de cabotaje, abandonando a su suerte a Aerolíneas Argentinas.
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