Las computadoras robadas a la petrolera brasileña Petrobras tenían información secreta sobre un yacimiento gigante de gas denominado Júpiter, que permitirá a Brasil ser autosuficiente en la próxima década. Fuentes de la Policía Federal y de Petrobras citadas por la agencia Estado informaron que los datos corresponden al hallazgo menos difundido por Brasil: el de gas en el campo de Júpiter, en la cuenca de Santos, frente a las costas de San Pablo.

El gobierno y la Policía Federal dijeron que el robo denunciado el 1º de febrero fue espionaje industrial, ya que se llevaron cuatro computadoras personales y dos discos rígidos de un container con muchos otros productos que dejaron, según la agencia ANSA. De acuerdo con la nueva información, los datos secretos robados estaban en las computadoras de la empresa estadounidense Halliburton, que cumple el servicio tercerizado de traslado de productos petroleros.

La información clave sobre el yacimiento Júpiter había sido reunida por la sonda de perforación submarina NS 21, conocida también como Ocean Clipper, responsable por el descubrimiento del megacampo de gas. El campo de Júpiter tiene 1150 kilómetros cuadrados y está ubicado a 6000 metros de profundidad, en el Atlántico, frente a las costas de San Pablo, con reservas estimadas en 30.000 millones de barriles. En la cuenca de Santos, Petrobras también descubrió el campo de Tupí, que con 5000 a 8000 millones de barriles de reservas probables, a casi 7000 metros de profundidad, podría cambiar la historia petrolera de Brasil.

El director financiero de Petrobras, Almir Guilherme Barbassa, dijo que la estimación sobre la capacidad de producción de gas del campo de Júpiter se conocerá en 2009. El yacimiento fue descubierto en un trabajo entre Petrobras y la portuguesa Galp, con 20 por ciento de responsabilidad en el proyecto.

El superintendente de la Policía Federal en Río de Janeiro, Valdinho Jacinto Caetano, dijo en rueda de prensa que los ladrones abrieron un contenedor de donde se llevaron un ordenador portátil y dos tarjetas de memoria en las que estaban almacenados los datos. “Había un interés específico, lo que indica que sería espionaje industrial”, declaró Caetano, al explicar que los ladrones ignoraron otras cinco computadoras y materiales de oficina.