El Gobierno tiene listo el plan ganadero que le presentará a la dirigencia gremial del campo en las reuniones que comenzarán mañana para comenzar a resolver el conflicto desatado el 11 de marzo con la implementación de las retenciones móviles a las exportaciones de granos. El viernes la presidenta Cristina Fernández de Kirchner acordó con los representantes de las cuatro entidades del campo comenzar a discutir no sólo la letra chica del nuevo sistema de retenciones, sino también la implementación de una nueva política integral lechera y ganadera. Una alta fuente oficial confirmó a Página/12 que la propuesta para el sector ganadero está basada en el plan elaborado por el INTA en 2005. El proyecto propone la desgravación parcial del impuesto a las Ganancias de la venta de la carne que exceda los 400 kilos por animal. Así, esperan incrementar la producción con la misma cantidad de cabezas. Además, prevé diferimientos impositivos y créditos destinados a implantación de pasturas, fertilización, planes de sanidad, retención de vientres, compra de toros y madres, construcción de alambradas, mangas, bañaderos, cargaderos y otras instalaciones. Es decir, reimplantar los sistemas que rigieron por décadas en la Argentina hasta que fueron derogados en los noventa.

El Gobierno descuenta la aceptación de la propuesta porque, además de sumar una serie de beneficios hasta hoy inexistentes, el plan fue elaborado con la participación de la Sociedad Rural Argentina, Confederaciones Rurales Argentinas, Coninagro y Federación Agraria, las cuatro entidades que se sentarán a negociar mañana con el Gobierno.

El plan había sido presentado hace tres años por el INTA al ex ministro de Economía Roberto Lavagna, quien lo desestimó. Ya en ese momento, la propuesta, en la que también hicieron su aporte profesionales de la Universidad de Buenos Aires, contemplaba que el crecimiento de la producción estaba condicionado por el crecimiento de la soja. Por esa razón, al quedar menos tierra disponible para la cría y engorde de ganado, se propone incrementar la producción en los próximos diez años, aumentando el peso promedio de los animales en el momento de ser faenados, de los 210 kilos actuales a 550 kilos, que es el promedio al que se faena en los principales países productores del mundo.

Si el Gobierno lograra el objetivo que propone el INTA, elevaría la producción anual de los 3,2 millones de toneladas faenadas en 2007 a 8,3 millones de toneladas, un 160 por ciento más. El resultado sería el mismo que mantener el peso y pasar de los actuales 55 millones de cabezas de ganado a 143 millones. Pero este objetivo es imposible, porque no hay espacio disponible en el país para tanto ganado. Para alentar el aumento del peso de los animales el Gobierno está dispuesto a desgravar del Impuesto a las Ganancias el excedente de peso de cada animal que supere los 400 kilogramos. En realidad es una medida en que el gobierno no pierde nada pues en la actualidad no existen animales de ese peso. Con el mismo objetivo subsidiará pasturas y fertilizantes para abaratar el alimento en la etapa de engorde.

Los principales capítulos del Plan Ganadero del Gobierno son:

- Creación de un sistema nacional armonizado: “Las medidas que se tomen deben ser integrales: se debe ayudar al pequeño y mediano productor a que implemente pasturas, pero si al mismo tiempo genera aguadas. A la vez, apoyarlo en la compra de alambradas para que disponga de potreros más chicos, para que pueda llevar el ganado de un lado al otro y ahorrar pasto y que no lo coman todo en poco tiempo. Pero además debe tener un mejor control e higiene, teniendo en cuenta que en las nuevas zonas extrapampeanas no hay la misma pureza sanitaria que en las áreas históricamente ganaderas. Y la vacunación debe ser integral. Al tiempo hay que controlar que el sistema de feed lot, que creció tan rápido, cuide la sanidad; hoy no está controlado. En síntesis: un programa sirve si cada medida está encadenada con el resto”.

- Aumento de peso promedio de la faena: La caída del peso del faenado comenzó con la patria financiera, sistema en el que convenían los negocios rápidos, y se agudizó con el nuevo sistema de alimento balanceado. Pero con el avance de la soja el productor sabe que aumenta el peso del animal o le cerrarán la exportación. Cómo ningún productor lo hará de forma individual, el Estado debe intervenir subsidiando el proceso de cambio. “Es importante invertir en pasturas, retención de vientres, de madres, compra de toros, en sanidad y control. En el país hay muchas deseconomías por falta de sanidad y de inversión dentro del proceso de producción. El mismo bajo peso atenta contra un sistema general eficiente”, se destaca en el documento del INTA.

- Aumento de la productividad ganadera: Hoy, de las vacas en servicio, sólo el 60 por ciento queda preñada, por enfermedades de la propia vaca o del toro. La mitad de los que nacen son hembras. La mitad se crían para engorde y el resto para madres. Pero de las que quedaron para madres un 20 por ciento no llegan al destete: mueren antes por distintas enfermedades. Según el informe del INTA, con un buen sistema sanitario se puede mejorar la productividad en un 40 por ciento.

- Standard sanitario único. Modernización normativa sanitaria: “Todos los ganaderos y todas las provincias deberán aplicar las mismas exigencias sanitarias”, se aconseja. El INTA estima que en la actualidad sólo el 15 por ciento de los productores cumplen con todos los requisitos necesarios. El resto sólo vacuna contra la aftosa. Las explotaciones más chicas no pueden afrontar los costos. La propuesta es que el Estado vuelva a tener como hasta hace 15 años planes de vacunación subsidiados para pequeños y medianos productores contra la bibriosis, la mosca de los cuernos y otras enfermedades que terminan generando epidemias.

- Control de riesgo cero: El INTA propone apoyar y controlar un cumplimiento sanitario integral para que cuando haya saldos exportables la carne argentina tenga acceso a todos los mercados del mundo. “Para esto a los animales hay que bañarlos, cuidarlos de las moscas, vacunarlos contra todas las enfermedades que afecten al ganado bovino, darles vitaminas con el alimento balanceado, agregarles minerales en los campos extrapampeanos, proteínas en maíz triturado, cáscara de limón y otros alimentos que previenen enfermedades locales”, se precisa en el informe.

- Erradicación de aftosa de la región: Argentina es el país que mejor control sobre la aftosa tiene en la zona, pero el contagio es muy fácil. Por eso se mantiene el régimen de país libre de aftosa “con vacunación”. El último brote se debió al contrabando de varias jaulas de ganado desde Paraguay. Pero también lo puede traer una vizcacha o hasta el viento. Por eso el INTA propone una política coordinada integral con los países limítrofes.

- Determinación de las debilidades de cada eslabón de la cadena de valor: Habitualmente, el productor le vende a un consignatario que lleva el ganado a un mercado, por ejemplo, el de Liniers. También se lo puede vender a un frigorífico. Hay frigoríficos exportadores y consumeros, que venden en el mercado interno. Los frigoríficos están obligados a venderles cuero a las curtiembres locales, porque no se pueden exportar cueros crudos. “En todos estos eslabones hay pérdidas. Una de ellas es la de transportar la carne en media res en vez de llevar cortes. Llevan aire entre media res y media res. Eso hace que se encarezca el flete. Para eliminar todas esas deseconomías es necesario rearmar todo el encadenamiento productivo, comenzando por la venta por cortes”, se explica en el informe del INTA, base del plan ganadero que mañana comenzarán a debatir el Gobierno y los representantes del campo.