Por esas casualidades de la diplomacia, al canciller Jorge Taiana le tocó estar ayer en España cuando el Gobierno anunció la decisión de acudir a la Justicia por la situación de Aerolíneas Argentinas, en manos del grupo español Marsans. Sin embargo, en el Palacio San Martín no quisieron responder si el canciller había conversado de la cuestión con su par Miguel Angel Moratinos o con la secretaria para Iberoamérica, Trinidad Jiménez, quien lo acompañó en el acto por el 9 de Julio en la Expo Zaragoza. La política del Gobierno, sostenían, no cambia: el vínculo bilateral va por un lado, mientras que las relaciones comerciales con las empresas españolas marchan por otro. O, al menos, eso intentan.

Taiana visitó el stand argentino en Zaragoza en representación de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner, quien postergó el viaje que tenía agendado a España para octubre. Cuando se anunció la suspensión se dijo que la Presidenta y el jefe de gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, preferían esperar un mejor momento para encontrarse. Y eso que aún no se sabía la decisión de avanzar en una intervención judicial en Aerolíneas, la empresa que más dolores de cabeza viene causando en el vínculo bilateral.

Ya lo era en abril pasado, cuando Moratinos pasó por Buenos Aires para reunirse con la Presidenta y Taiana. Como paso previo a su llegada, desde la Embajada de España que encabeza Rafael Estrella se había informado de un supuesto malestar del gobierno de Rodríguez Zapatero porque Argentina pugnaba por hacer ingresar un socio local en la aerolínea. “Yo no vengo a presionar a las autoridades argentinas”, puntualizó entonces el canciller español. En el Palacio San Martín aseguran que el excelente vínculo político entre Argentina y España –seguramente el que mejor ha cultivado la Casa Rosada entre los países desarrollados– está a salvo de los vaivenes de las empresas de capital ibérico en el país. Y que los problemas de Aerolíneas Argentinas vienen de muy lejos para que esta decisión, que aseguran que fue anticipada a Rodríguez Zapatero, complique la relación.