Alejandro Vanoli Economista Plan Fénix

“Muy grave”

“Estamos en una situación muy grave. Este paquete de salvataje tal como estaba pensado, si bien se limó un poco, implicaba darle un cheque muy grande al Tesoro norteamericano. Los neoconservadores se oponen a la intervención y los demócratas no quieren aprobar un paquete que está salvando a Wall Street. Lo más razonable sería un paquete de rescate más orientado a un apoyo crediticio menor y más condicionado. También es necesario un apoyo para los sectores de la economía real que se ven perjudicados. El impacto en Argentina es menor, aunque la Bolsa cayó mucho debido a que en el MerVal hay muchas empresas extranjeras. El canal financiero va a tener una retracción de créditos, pero el impacto va a ser proporcional a la magnitud de la turbulencia en Brasil y lo que pase con las commodities. Hay que tratar de reducir la necesidad de financiamiento externo, promover el ahorro interno y tener cierto grado de prudencia fiscal.

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Marta Bekerman Economista FCE-UBA

“Por no regular”

“Me llama la atención la posición de los republicanos por su postura tan tajante de no intervención. Por no haber regulado antes, ahora Estados Unidos tiene que realizar una intervención mucho más grosera. Sin embargo, no creo que haya tanta miopía para que no se logre un acuerdo. Lo importante es que no sea un cheque en blanco que termine perjudicando a los contribuyentes. Es necesaria la discusión sobre quiénes tienen que pagar esta crisis. Hay que tratar de aislar a la economía real de las burbujas financieras, si no esto puede llevar a una recesión que siempre ataca a los que menos tienen. Por el lado financiero, al no haber recibido capitales nuestro país no tiene grandes problemas. Pero por el lado comercial hay que mirar la evolución del precio de las commodities que probablemente disminuya. La demanda de economías sólidas como las asiáticas impediría un derrumbe, pero el impacto se sentirá por Brasil.

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Jorge Beinstein Economista UBA

“Principio del fin”

“Parafraseando a Winston Churchill, yo diría que este derrumbe financiero no es el principio del fin, sino el fin del principio. Es decir, de una larga turbulencia global con un capítulo financiero inicial, pero con otras crisis incluidas, como la energética, que agrega inflación a la recesión. Estamos presenciando el hundimiento del centro económico, político y militar del mundo: los Estados Unidos y, en consecuencia, el fin de la unipolaridad. Pero no hay que suponer que se hunden solos, detrás de la crisis hipotecaria norteamericana se oculta una masa especulativa planetaria colosal. Solamente los llamados productos financieros derivados registrados por el Banco de Basilea representaban a comienzos de 2008 unos 620 millones de millones de dólares, es decir cerca de doce veces el PIB mundial. Ese y otros volúmenes especulativos han comenzado a desmoronarse porque su base de activos reales se derrite”.