El presidente francés, Nicolas Sarkozy, reunió a los principales responsables del sector financiero del país para lanzar mensajes de tranquilidad y de confianza en el sistema. A la espera de que el gobierno anuncie nuevas disposiciones sobre el mercado del crédito esta semana, Sarkozy les recordó a los directivos de los bancos franceses “su misión prioritaria de financiar la economía”.

Participaron, además de Sarkozy, su primer ministro, François Fillon; la ministra de Economía, Christine Lagarde; el gobernador del Banco de Francia, Christian Noyer, así como los máximos dirigentes de nueve entidades bancarias y aseguradoras. Noyer enfatizó que “no hay razón en absoluto para tener miedo; los bancos europeos y franceses no están sobrecargados de activos de mala calidad como lo estaban los estadounidenses. Fundamentalmente son sólidos, están muy bien capitalizados”.

Lo cierto es que ayer por la mañana, antes de la apertura de los mercados en Europa, Sarkozy había informado del acuerdo con las autoridades belgas y luxemburguesas para inyectar 6400 millones de euros en el banco francobelga Dexia, cuyo valor se había desplomado en Bolsa, en medio de rumores sobre problemas de liquidez. Al final, Francia controlará un 25 por ciento de la entidad financiera, lo que constituye una minoría de bloqueo, y las autoridades belgas tendrán otro tanto hasta totalizar más del 50 por ciento de esta entidad que en Francia se dedica sólo a la financiación de municipios y no a la banca de particulares.

Sarkozy evitó entrar en mayores detalles sobre las medidas de regulación que lanzará esta semana. Se limitó, durante el encuentro con banqueros y directivos de firmas aseguradoras, a incitarlos a mantener abierto el grifo del crédito para evitar el estrangulamiento de la actividad de las empresas y del consumo de los particulares, que podría generar un efecto bola de nieve.

El presidente francés continuó las consultas sobre la crisis financiera y sus probables repercusiones sobre la economía del país por la tarde, cuando recibió a una delegación conformada por los responsables de las cámaras empresarias de España (CEOE), Francia (Medef), Reino Unido (CBI), Italia (Cofindustria), Alemania (BDI) y Polonia (PKPP).