ECONOMíA • SUBNOTA › EL PRESIDENTE DE EE.UU. LLAMó A SUS PARES POR LA CRISIS
El republicano discutió con el británico Gordon Brown, el francés Nicolas Sarkozy y el italiano Silvio Berlusconi sobre las diversas medidas que Estados Unidos y el mundo están tomando para rescatar al sistema financiero.
Con la credibilidad por el piso y frente a una debacle financiera que no detiene su paso, el presidente estadounidense George W. Bush, envió un mensaje para intentar calmar los mercados. “El sistema nunca falló y no va a fallar ahora”, aseguró. Pero volvió a apelar a la paciencia de sus conciudadanos y dijo que la solución tardará en llegar. En vísperas de la cumbre que los ministros de Finanzas del G-7 celebrarán el viernes, el jefe de la Casa Blanca se comunicó con los mandatarios de Francia, Gran Bretaña e Italia para coordinar medidas para paliar la crisis.
“Hablé por teléfono con ellos esta mañana para garantizar que nuestras acciones estén estrechamente coordinadas. Vivimos en un mundo globalizado. Queremos asegurarnos de que somos efectivos”, dijo Bush desde un acto en las afueras de Washington.
Más temprano, desde la Casa Blanca habían informado que el gobierno estaba satisfecho con los esfuerzos y la coordinación que los distintos países habían logrado para enfrentar los problemas financieros. Se referían a la cumbre que los cuatro miembros europeos del G-8 –las siete naciones más industrializadas del mundo, más Rusia– tuvieron el sábado en París, donde acordaron que cada país del bloque continental apoyaría con sus propios medios a los establecimientos financieros en dificultades, pero de forma coordinada con el resto de los socios.
Según informó la vocera presidencial Dana Perino, Bush discutió con Gordon Brown, Nicolas Sarkozy y Silvio Berlusconi sobre las diversas medidas que Estados Unidos está tomando en su intento de llevar estabilidad a los mercados. También aseguró que el mandatario se comunicaría con la canciller alemana, Angela Merkel, aunque no detalló cuándo. Pero el principal objetivo de los llamados del presidente, dijo, era el de sincronizar agendas para la cumbre del G-7 que se celebrará el viernes en Washington. En la reunión del grupo participarán los ministros de Finanzas y presidentes de los bancos centrales de Alemania, Gran Bretaña, Canadá, Estados Unidos, Francia, Italia y Japón. Aunque se especulaba con la posible asistencia de Rusia, su participación no fue confirmada.
Más tarde, desde una compañía de productos de oficina en Chantilly, Virginia, Bush quiso transmitir una cuota de confianza a los estadounidenses. “Sabemos que somos la economía más dinámica del mundo, que ya hemos pasado antes por tiempos duros y que sabremos superar éste nuevamente”, dijo pero, como lo hizo en los últimos días, pidió tiempo. “La mejoría no llegará en dos días, pero llegará”, vaticinó.
Tratando de mostrarse optimista, defendió el plan de rescate financiero de 700 mil millones de dólares que la Cámara baja del Parlamento aprobó el viernes. “El plan está bien pensado y bien entregado. Forma parte de un proceso que se realizará en distintas etapas. La primera de ellas la firmé el viernes último”, destacó. También habló de su decisión de recurrir a fondos estatales para hacer frente a la debacle y aseguró que su administración busca que los contribuyentes no financien a los directivos de Wall Street “que no han trabajado bien”. “Siempre he sido un convencido de que los mercados deben funcionar por sí mismos, pero esta vez me convencieron de que el Estado debe intervenir”, agregó.
Sus comentarios llegaron en momentos en que Washington abre un nuevo frente en su batalla contra la crisis financiera, asumiendo una gran cantidad de deudas incobrables de los bancos. El último paso lo había dado un par de horas antes el jefe de la Reserva Federal estadounidense, Ben Bernanke, al presentar una iniciativa para absorber las deudas de corto plazo de las empresas, medida que el mandatario defendió. “Esta mañana, la Reserva Federal anunció una serie de reformas para soltar liquidez al mercado. Y también, para recuperar la confianza debe haber más créditos para más familias. El paquete que firmé también prohíbe que aparezca un impuesto extra durante la crisis”, aclaró Bush.
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