La Bolsa brasileña sigue respondiendo a los designios de Wall Street. El mercado de San Pablo finalizó la rueda de ayer con un retroceso de 4 por ciento, aunque en el transcurso del día llegó a perder más del doble y a media hora de iniciada sus actividades tuvo que ser suspendida por ceder más de 10 por ciento. La cotización del dólar se incrementó 5,4 por ciento a 2,316 reales por billete. De nada sirvieron los superpoderes que el gobierno brasileño le otorgó al Banco Central para contener la apreciación de la divisa estadounidense.

La volatilidad volvió a golpear los mercados de la región. Después de la suspensión de las operaciones, en la reapertura, la bolsa siguió con bajas acentuadas de entre 7 y 9 por ciento, hasta el repunte en la recta final de la rueda que lo dejó en 35.609,5 puntos. Con la cifra de ayer, la bolsa paulista acumula pérdidas por 28,1 por ciento en octubre y de 44 en lo que va del año. El volumen de negocios de la rueda totalizó el equivalente a 2340 millones de dólares.

El real, en tanto, volvió a ceder terreno frente al dólar. El billete verde se negoció en el segmento libre a 2,316 reales, un valor que no experimentaba desde mayo de 2006.

Ayer el BC estrenó los poderes especiales que las autoridades brasileñas le concedieron para socorrer a entidades financieras y hacer frente a la crisis internacional. El Consejo Monetario Nacional resolvió ampliar las atribuciones del BC, que podrá otorgar en menor plazo y con menos exigencias créditos a bancos con problemas de liquidez. Por otro lado, el presidente brasileño instruyó al Central y a varios ministros un control más severo de empresas que realizaron maniobras cambiarias especulativas y agravaron la volatilidad del mercado local.