El presidente estadounidense, Barack Obama, anunció ayer un megapaquete de obras públicas, al mismo tiempo que reconocía que la economía sigue contrayéndose. “Del mismo modo que se construyó el puente Golden Gate, de San Francisco, este gobierno construirá las infraestructuras del siglo XXI”, prometió el mandatario, comparando otra vez su mandato con el de Franklin Roosevelt. Acompañado por su vice, Joe Biden, y su secretario de Transporte, Ray LaHood, anunció que destinará 28 mil de los 787 mil millones de dólares que aprobó el Congreso para reconstruir el sistema de rutas del país. Las obras de infraestructura crearán y conservarán alrededor de 150 mil puestos de trabajo, estimó.

Desde que asumió en enero pasado, Obama no paró de hacer anuncios tan ambiciosos como el de ayer. Sin embargo, ayer el mandatario reconoció que la situación está lejos de mejorar. “La performance de la economía en el último trimestre de 2008 fue la peor en más de 25 años, y francamente, el primer trimestre de este año presenta pocas perspectivas de mejores resultados”, alertó el mandatario desde la sede del Departamento de Transporte.

Ese mismo día, el ex banco de inversión Goldman Sachs había pronosticado que la economía estadounidense se contraerá un 7 por ciento en el primer trimestre del año. “La economía está mucho peor de lo que muchos pensaban hace un par de semanas y la tasa de desempleo será más alta de lo que esperan”, advirtió el informe. La caída de la economía se desaceleraría en el segundo trimestre, pero sin desaparecer. El pronóstico es que el PBI caiga un tres por ciento más, un escenario mucho más complicado que el que describió el banco en su último informe de perspectivas económicas.

Frente a estos pronósticos, Obama intentó mantenerse optimista y pidió paciencia hasta que se implemente su plan de estímulo. “Uno de los desafíos es reactivar el crédito a empresas y familias para que puedan financiar las compras de todo tipo, desde existencias y salarios a una vivienda, un automóvil o una matrícula universitaria. Debemos reactivar los mercados crediticios y hacer funcionar el crédito privado nuevamente”, explicó el mandatario estadounidense.

Según sus proyecciones, los resultados recién se verán el año próximo. Mientras tanto, el gobierno federal intentará descomprimir la situación financiera de millones de familias con el paquete de ayuda de 787 millones de dólares aprobado el mes pasado por el Congreso.