Mar 25.08.2009

ECONOMíA • SUBNOTA  › LA SITUACIóN SECTORIAL

La industria

› Por Tomás Lukin

El sector manufacturero en la posconvertibilidad logró revertir algunas de las principales consecuencias de los noventa: creció la inversión, se recuperó el nivel de empleo y las empresas volvieron a gozar de elevados márgenes de rentabilidad. Sin embargo, el proceso de reindustrialización se encontró con serias limitaciones que se evidencian con la desaceleración del crecimiento. Bernardo Kosacoff, director de la Cepal; Enrique Martínez, titular del INTI, y Fernando Porta, investigador del Centro Redes, discutieron la evolución del sector manufacturero a partir de 2003 en el primer Congreso de la Asociación de Economía para el Desarrollo de la Argentina (AEDA), entidad que reúne a economistas enrolados en la corriente heterodoxa.

Esos expertos criticaron la insuficiencia de las políticas productivas y la renuencia de la dirigencia empresaria para profundizar el proceso. Coincidieron en destacar el rol activo del Estado como regulador y actor relevante y la necesidad de que la dinámica del desarrollo industrial mejore el patrón distributivo. Desde 1983 la política industrial fue limitada y el recetario neoliberal se concentró en “mejorar el ‘clima de negocios’ y la seguridad jurídica, con el objetivo de atraer inversores internacionales, pero eso no es una política productiva”, apuntó el presidente del INTI. En ese sentido recordó el régimen de reparación histórica de los noventa, la promoción para productos electrónicos en Tierra del Fuego y las recientes políticas de promoción para la industria del software, biotecnología y energías renovables, que fueron insuficientes y mal diseñadas. “El mercado no ordenó, sino que creó contradicciones o ignoró las existentes”, advirtió el ingeniero. Para Martínez, “la política productiva necesita integrar las cadenas de valor que parten de recursos naturales e integrar el consumo a la población a escala general”. Para eso remarcó que es necesario un protagonismo del Estado en los procesos productivos. En la misma sintonía, Porta y Kosacoff, remarcaron las limitaciones de las políticas industriales específicas, pero enfatizaron la centralidad del sector público.

El director de la Cepal sostuvo que el sector privado “volvió a elegir el atajo del desarrollo y a partir de 2007 se endeudó para importar y no para invertir”. Kosacoff advirtió que “en 2007, el desafío era aumentar cuatro puntos la inversión para llevarlo a un patrón de especialización y de más generación de trabajo decente. Ahora, el desafío central es mantener la demanda, proteger los activos tecnológicos de las empresas y el empleo”. El especialista remarcó la sustentabilidad macroeconómica y la solidez a nivel micro, a pesar de las restricciones que tiene el país para hacer política monetaria y fiscal. Finalmente, exhortó a “no recurrir como lo hicimos compulsivamente a las crisis para solucionar los dilemas económicos”. La postura de Porta fue la más pesimista. Si bien consideró que existen evidencias a favor de la hipótesis de reindustrialización, sostuvo que Argentina tiene “una estructura productiva que no se modificó desde los noventa, operando bajo un régimen macroeconómico diferente”. Para el economista, la devaluación, el saneamiento de los pasivos privados, la recuperación de la demanda y la mejora en las expectativas no consiguieron modificar el perfil de especialización productiva heredado de la convertibilidad. “La macroeconomía sola no alcanza, cualquier experiencia de reindustialización requiere políticas productivas específicas”, remarcó.

Al finalizar el panel, el moderador del encuentro fue Ivan Heyn, ex subsecretario Pyme y miembro de AEDA. El joven economista cuestionó las presentaciones de los disertantes que parecían responsabilizar al Estado por la ausencia de un “cambio estructural” en los últimos cinco años. Heyn apuntó que en un escenario donde los incentivos macroeconómicos fueron favorables a la producción y no a la especulación, “sin embargo ese conjunto de políticas no logró que los agentes privados tomen riesgos, entonces la única alternativa parecería ser que el Estado se haga cargo” y remarcó la relevancia de las intervenciones estatales en la Economía, como la nacionalización de las AFJP. En ese escenario, les preguntó a los expositores: “¿Cuál debería ser el grado de intervención del sector público de la economía para lograr ese objetivo?”. Kosacoff apuntó que con la dirigencia empresaria existente “hay que hacer lo que se pueda”, mientras que Porta se lamentó por las oportunidades para profundizar el proceso que se perdieron en los últimos años.

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