El gobierno argentino considera que el titular del FMI, Dominique Strauss-Kahn, está haciendo “un gran esfuerzo” para introducir cambios en el organismo. Sin embargo, “se encuentra con una resistencia muy fuerte del staff”, según explica Amado Boudou en la charla con Página/12. El ministro revela que en esas condiciones no avanzará la revisión de la economía argentina en el marco del artículo IV del Fondo. “No estamos conformes con el funcionamiento del FMI”, denuncia. “Todos esos muchachos han engordado mucho. Son unos burócratas muy cómodos en sus sillones”, ataca.

–Antes del canje de deuda de 2005 el FMI decía que la Argentina no tenía una política sustentable.

–A ellos les faltaron políticas sustentables. El Fondo ha sido el principal generador de inestabilidades macroeconómicas en el mundo. En países como Argentina, Polonia, México. En todos los países donde el FMI tuvo injerencia hizo desastres. Proponía políticas que en apariencia eran market friendly, como les gusta decir a ellos, pero en realidad destrozaron la inversión, destrozaron los mercados internos, ayudaron a la fuga de capitales y vaciaron los países. Esto fue lo que hizo el FMI, consistentemente. En eso sí fueron sistemáticos y consistentes.

–¿Eso significa que no hay avances en las negociaciones con el organismo para aceptar la revisión del artículo IV?

–Nuestra posición en términos de política económica es contundente. Decían que la Argentina no era sustentable. Argentina acá está, de pie, ante la crisis internacional más fenomenal. Imagine lo que sería esta crisis con el gobierno de la Alianza, con el gobierno de los ’90, de los ’80 o de los ’70. Ya nos hubiéramos topado con corralitos o engendros de ese estilo. A mí me da un poco de fastidio cuando alguien propone las cosas del Fondo, porque el Fondo se dedicaba a señalar con el dedo a la Argentina, a un montón de países, y mientras ese dedo largo señalaba admonitorio, por delante de su nariz se le pasó la crisis más profunda en su propia puerta, a kilómetros de Washington, en Wall Street, volando por el aire el sistema financiero de Estados Unidos y después propagando el problema a otros países. El Fondo tendría que mirar mucho para adentro y darse cuenta de que tiene que empezar a preconizar políticas sustentables como las de Argentina y no mamarrachos como los que viene impulsando.

–¿Esa posición demora la revisión del Artículo IV?

–Y si no entienden cuáles son nuestras visiones la va a demorar. Todos esos muchachos han engordado mucho. Son burócratas que están muy cómodos señalando con el dedo a los países y tendrían que señalar hacia adentro.

–El FMI dijo que no habrá novedades en el corto plazo.

–Veremos, hay que ir avanzando. Este es un tema institucional, no financiero. Nosotros no estamos conformes con el funcionamiento del Fondo. Strauss-Kahn está haciendo un gran esfuerzo para que haya un nuevo Fondo. Hay que decirlo, él está intentando hacer cambios. Pero se encuentra con una resistencia muy fuerte del staff. Y como decía antes, ellos fueron los principales generadores de inestabilidades macroeconómicas en el mundo.

–¿El FMI hubiera aceptado medidas de intervención pública como las que se tomaron frente a la crisis?

–No lo sé. Pero nosotros no pasamos la crisis de casualidad. Hubo decisiones concretas. Desde la eliminación de las AFJP hasta cuidar que no haya un fuerte nivel de importaciones que deteriore el superávit comercial, mantener la presencia de nuestras exportaciones y sobre todo algunas medidas internas que han sido relevantes: recrear el mercado de crédito a través del Banco Hipotecario o de las líneas de la Anses, colaborar en líneas de producción como fue la planta de General Motors, lo del Ministerio de Desarrollo Social de llegar cada vez a más gente. Pero especialmente el gasto en obra pública que se ha incrementado más de 80 por ciento en la comparación interanual y ha sido un sostén formidable de la economía. Y todo esto hay que complementarlo con las medidas para el mercado laboral.

–¿En qué estado está la negociación con el Club de París?

–Vamos a seguir conversando. Es una cuestión pendiente en la que seguiremos trabajando. Sabemos que hay casos de países que han acordado con el Club de París sin pasar por el FMI. No nos vamos a atar a nada.