–¿Está solucionado el faltante de papel moneda?

–Sí, ya estamos cubiertos. Además, en las próximas semanas llegarán tres mil millones en billetes de 100 pesos. Fue un problema coyuntural que está solucionado. No estamos estudiando crear un billete de 200 pesos. No podemos tomar una decisión de cambio en la denominación de los billetes por una cuestión coyuntural.

–¿Por qué faltaron billetes?

–No hubo imprevisión como dijeron algunos. Trabajamos con todos los escenarios desde el primer momento sabiendo que íbamos a tener el incremento de la demanda a partir de las últimas semanas de diciembre. Lo que sí hubo fue un desfasaje en el arribo de los billetes con respecto a los tiempos comprometidos por la Casa de la Moneda de Argentina y la de Brasil. Nosotros ya estamos haciendo todas las proyecciones para ver cómo será el año 2011. Vamos a armar un programa de provisión de billetes que no sólo resuelva las alzas estacionales de mediados y fin de año, sino también la renovación de los billetes. Hay muchos billetes que hoy están en circulación y que deberían haber sido destruidos hace bastante tiempo. Vamos a cubrir las necesidades del público y el reemplazo del numerario.

–Como se evidenció en diciembre, la capacidad de la Casa de la Moneda para proveer billetes es limitada.

–En función de lo que pueda proveernos localmente la Casa de la Moneda después recurriremos a la provisión de otras fuentes. Ya estamos trabajando en eso. Ya compramos el papel necesario. Lo que más bronca me da de que los billetes hayan llegado tarde es que eclipsa todas las decisiones del Banco Central que supusieron cambios estructurales importantes con respecto a lo que hicieron las distintas gestiones que me precedieron. Se avanzó como nunca en la bancarización. Creamos la cuenta gratuita universal que fue consensuada con los bancos, pero supuso un esfuerzo de parte de los bancos y hoy se abren 500 cuentas por día. Se mejoró la regulación de los costos de las transferencias y eso implicó que los bancos resignaran un ingreso importante.

–Para los diputados Francisco de Narváez y Elisa Carrió el faltante de billetes es un nuevo corralito.

–Un problema circunstancial como la ausencia de billetes físicos te genera muchos dolores de cabeza. Es una locura irresponsable hablar de un nuevo corralito, pero efectivamente a aquellos que no utilizan dinero electrónico la falta de billetes les coarta la capacidad de consumo. Fue circunstancial porque los ahorros y los ingresos están. El Banco Central ha estado en el ojo de la tormenta, pero lo que plantean los economistas ortodoxos es que esto que fue coyuntural se convierta en algo estructural. Nos dicen que achiquemos la cantidad de dinero en la economía y eso supone contraer el crecimiento.