ECONOMíA • SUBNOTA › EL IMPACTO DE LAS MEDIDAS
Por Enrique Arceo *
“Alemania tiene, a diferencia de Estados Unidos, un modelo exportador basado en compresión de salarios y alta productividad. Estos dos elementos hicieron que los países débiles de la periferia europea entren en creciente desequilibrio externo. Así surgió el endeudamiento, que no es resultado de gasto alegre, sino debilidad estructural que no se soluciona con más ajuste. El proyecto alemán apunta a constituir una gigantesca plataforma de exportación europea y, para eso, el resto del bloque necesita un nivel de productividad similar al alemán para subsistir y ser proveedor de Alemania. Esa iniciativa requirió una doble operación: la unificación alemana consiguió moderar los salarios y además el país descentralizó su estructura industrial hacia el Este de Europa colonizando la periferia. Así devino competitiva y se enganchó como proveedora de bienes de capital de China y Estados Unidos. Por su parte, Grecia, España, Portugal e Irlanda aprovecharon el crédito del euro para hacer modelo abierto al capital financiero. Esa situación dio lugar a las burbujas inmobiliarias en Irlanda y España. Los modelos de la periferia del euro y el alemán son incompatibles. En la actualidad estamos frente a un intento de homogeneizar o estallar, ambos con costos sociales increíbles. Para lograr la homogeneización es necesaria la flexibilización laboral. En países como Grecia los salarios tendrían que bajar 30 por ciento para devenir competitivos. La salida para una situación de esta índole es con inflación en Alemania y no a través de la deflación en la periferia. Pero esa salida, con mayor emisión de euros, implica la pérdida de competitividad y renuncia de la hegemonía alemana. Es la salida racional que no va a suceder y lo que queda es el ajuste. Las contradicciones pasaron de la periferia al centro. Ahora estamos viviendo el renacer de la contradicción entre capital y trabajo en el centro, que todavía no tiene sujetos definidos, pero sí están presentes las protestas.”
* Flacso.
Por Carlos Heller *
“El acuerdo que alcanzó Europa ratifica un paradigma del modelo neoliberal como es la supresión del Estado nación y su reemplazo por organismos multilaterales. Insisten en recetas que Argentina ya sufrió, nosotros sabemos cómo termina. En un momento de recesión la ortodoxia ajusta cuando hay que hacer exactamente lo contrario: subir gasto, estimular el consumo, crear empleo, generar el círculo virtuoso. Lo hacen porque están ideológicamente convencidos, son de derecha y conservadores. Alemania y Francia le imponen al resto de la Zona Euro una subordinación que limita y recorta la soberanía de cada estado miembro. La crisis se va a agravar y se va a profundizar el deterioro en la calidad de vida de la población. ¿Cuál es el límite del ajuste? El límite es la capacidad de aguante de los ajustados. Cuando uno mira el nivel de vida de España y lo compara con Haití observa que todavía pueden retroceder y recortar muchísimo. Se puede avanzar con el ajuste, siempre que la gente no se resista y no haga estallar el modelo. Allí todavía no se ve una situación de reacción como sucedió en Argentina en 2001-2002. Por eso, la situación va seguir así hasta que no suceda algo que obligue a cambiar el rumbo. Para terminar la crisis se necesita la reestructuración de las deudas con una pérdida importante de los acreedores, como sucedió en Argentina. Para lograrlo existen muchas ingenierías diferentes, pero se necesita una fuerte licuación de las deudas soberanas y de las de aquellos ciudadanos endeudados, por ejemplo con hipotecas. Argentina hizo su experiencia neoliberal y ahora hace lo correcto para que no pase de nuevo y evitar el impacto: sustituir importaciones, proteger al mercado interno y crear empleo.”
* Diputado Nuevo Encuentro.
Por Gerardo de Santis *
“Las políticas acordadas por Europa van a amplificar la recesión. Aumentan los déficit y se achican los PIB volviendo imposible cumplir con los nuevos parámetros. El ajuste fiscal pretende ganar tiempo y apunta a que quienes consumieron de más, como considera Alemania, paguen parte del ajuste. Si la Eurozona quiere conservar el euro tiene dos alternativas: o bien el Banco Central Europeo emite dinero para brindar la liquidez necesaria para evitar la recesión, o la entidad emite eurobonos, aunque hoy nadie quiere comprar esos papeles. Si se da el primer escenario y se emite alrededor de un billón de euros se verán afectados los bancos alemanes y franceses. Para llevar a cabo la otra alternativa hace falta un acuerdo con China para que compre esos bonos. Pero lo hará no sólo a cambio de tasas de interés sino mayor apertura de mercados europeos. La apertura de sus mercados perjudicará a la industria europea, pero fundamentalmente a la alemana. La profundización de la recesión y el estancamiento afectaría a China, cuyo mercado principal es Europa. Si bien China tomó algunas medidas para reemplazar mercado externo por demanda interna, la economía oriental necesita cierto nivel de actividad en Europa para evitar que caigan sus exportaciones. Si eso sucede se puede ver afectada la demanda internacional de materias primas y sus precios, aunque no sería algo abrupto. Una crisis de esta envergadura repercute en todo el mundo, pero Argentina cuenta con elementos para enfrentarla razonablemente: bajo nivel de endeudamiento, situación externa y fiscal sólidas, elevadas reservas internacionales y además política para apuntalar mercado interno y sostener los niveles de empleo.”
* Director Ciepyc-UNLP.
Por Alejandro Fiorito *
“Los tratados de Maastricht no eran sostenibles desde el comienzo, pero el acuerdo que alcanzó hoy (por ayer) la Eurozona agudiza los problemas. Navegan con la fe de que si hacen ajustes fiscales y son responsables, en algún momento van a recuperar el crecimiento. Según esta visión, se requiere deflación en la periferia para volver a ser competitivo. Estas decisiones apuntan a lo fiscal como si fuera el origen de la crisis, pero el origen es financiero y especulativo. Antes de 2007, muchos países tenían superávit fiscal. Las medidas anunciadas son lo opuesto a lo que hay que hacer, parecen ignorar que el déficit fiscal vino después del estallido de la crisis financiera. Si no se reactiva la economía, no baja el desempleo y no hay inversión. El Banco Central Europeo debe actuar como prestamista de última instancia y comprar la deuda de todos los países periféricos. Desde un punto de vista de largo plazo parece que Alemania decidió dejar de lado a los países europeos de la periferia. Alemania ya decidió que no quiere ser responsable de expulsar a nadie y pone condiciones imposibles de cumplir que van a terminar segmentando el euro. Alemania no quiere un keynesianismo regional, ni traccionar las demandas de las economías europeas. Este escenario sirve como advertencia para que América latina no haga una integración monetaria y los países pierdan la capacidad de emitir moneda. La integración es importante, pero no es necesario que sea monetaria.”
* Economista. Universidad de Luján.
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