- La apertura económica que China encaró desde la década del ’70 no implicó que Mao, el líder de la revolución comunista, sea desplazado en términos simbólicos. Un enorme retrato suyo es la bienvenida a la Ciudad Prohibida, antigua residencia de las dinastías Ming y Qing. Mao mira a la plaza Tiananmen, donde el gobierno ya está organizando el festejo de un nuevo aniversario de la revolución de 1949 para el próximo lunes. Al costado de la plaza, que en realidad es una enorme explanada despojada, sólo adornada con un jarrón gigante con flores y dos pantallas de led insertas en un muro de piedra, se ubica el imponente edificio de la Asamblea Popular y, del otro lado, el Museo Nacional de China. El mausoleo de Mao está enfrente de la Ciudad Prohibida, en el otro extremo de la plaza. Miles de turistas, especialmente de origen asiático, se agolpan para sacar fotos al retrato del líder y para entrar al memorial.

- China no es el típico lugar donde a la pregunta del lugar donde uno vive la respuesta es “¡Maradona!” o, ahora, “¡Messi!”. El fútbol no es un deporte popular, algo que se reflejó en los intentos de un vendedor del tour por la Gran Muralla por recordar el nombre del 10. “Uno que ahora es entrenador, medio gordito”, hurgaba en su memoria el chino, en un inglés trabajado para el turismo. Con una pequeña ayuda, recordó al Diego, luego a la Pulga y se despachó con una sorpresa: “¡Luis Scola es argentino también!”. El basquetbolista compartió equipo en Houston Rockets con el famoso jugador chino Yao Ming.

- El sistema político en China sigue siendo, como en tiempos de Mao, de partido único. No hay elecciones, aunque hay unos siete partidos minoritarios con representación en el Parlamento chino. El órgano decisorio más relevante es la Asamblea Popular, con 3200 representantes de todo el país. Se reúne dos veces al año y elige cada cuatro años al presidente. Hay un consejo consultivo que mantiene encuentros frecuentes, como si fuera el Congreso Nacional. El Estado chino controla la transmisión de contenidos a través de las redes sociales. Por eso no existe en este país Facebook ni Twitter. Cuando se introduce la dirección de esas páginas web, el explorador advierte que el sitio no es encontrado.

- El cangrejo es toda una tradición culinaria china. Pequeños locales a la calle tienen varias peceras donde los alimentan. Los supermercados también ofrecen este producto bien fresco. Tanto que el bicho está vivo en la góndola. Los cangrejos están atados con un piolín, los que impide que puedan mover con facilidad las patas, aunque un pequeño estímulo los puede hacer reaccionar. Además, el viaje desde el mar hasta la góndola los deja bastante tumbados, con lo cual casi ni se perciben los signos de vida y es fácil confundirlos con otros que sí son vendidos muertos. Eso sí, el cangrejo todavía vivo vale más.