- Garrotes y zanahoria. Debido a la realización del G-20, la ciudad de Brisbane informó que se restringirá el acceso a la zona cercana al centro de convenciones. Por ese motivo, el sábado estará cerrado el Centro Cultural Southbank, la Galería de Arte Moderno, la Biblioteca Estatal de Queensland y la Galería de Arte de Queensland. Además, se modificó el recorrido de varias líneas de colectivos y se anunció que los controles de seguridad y las caravanas de las distintas delegaciones provocarán demoras en el tránsito. Pese a todos estos inconvenientes, las autoridades no quieren que la gente se asuste y deje de venir al centro de la ciudad. Por lo tanto, al mismo tiempo se anunció que se liberarán los peajes de los puentes Go Between y Gateway y habrá estacionamiento gratuito en las plazas King George y Wickham Terrace. “Lo último que queremos es tener una atmósfera de ciudad fantasma en nuestro centro financiero”, aseguró lord mayor Graham Quirk.

- Rascacielos. Brisbane tiene más de cincuenta rascacielos ubicados al borde del río que atraviesa la ciudad. Lo más impactante es que la mitad de esos edificios se construyeron en los últimos diez años. El límite de altura permitido es de 274 metros porque el aeropuerto está cerca y la mayoría de las rutas de vuelo pasan por el centro financiero. En los últimos años las construcciones se han ido acercando cada vez más a ese techo. Entre 1998 y 2005 el edificio más alto fue el Central Plaza One (174 metros), entre 2005 y 2006 el primer lugar quedó en manos de Riparian Plaza (200 metros), luego lo desplazó Aurora Tower, que lideró el ranking hasta el 2011. Ese año se terminó Soleil (243 metros) y a fines del año pasado se sumó Infinity (249 metros) que, al menos por ahora, es la torre más alta del lugar.

- Caravanas. La policía local informó que durante la Cumbre del G-20 tiene la responsabilidad de garantizar el traslado por la ciudad de 34 personalidades, entre las que se incluyen los presidentes de los distintos países. Cada caravana de seguridad incluye al menos diez vehículos y, cuando está por pasar una, el tránsito se corta en las calles laterales, lo que genera demoras de por lo menos diez minutos no sólo para los automovilistas sino también para los peatones.