“Argentina no se dejó extorsionar ni avasallar y estuvo a la altura de esta disputa de poder, en una batalla jurídica, legal y política a nivel mundial”, señaló ayer la embajadora argentina ante Naciones Unidas, Marita Perceval, al celebrar la adopción de un conjunto de principios en ese foro multilateral para los procesos de reestructuración de deudas soberanas. La propuesta será debatida en septiembre en la Asamblea General de la ONU. “No se trata de un problema económico, financiero o jurídico, sino de un modelo de negocios a escala global y una forma de dominación mundial en base a la especulación”, sostuvo la diplomática. “La ONU pretende dar un marco razonable y equitativo para que un país reestructure su deuda”, expresó el economista del Plan Fénix, Aldo Ferrer, al remarcar la relevancia de que esas decisiones sean soberanas.