Roberto Lavagna y Rafael Bielsa participarán, el viernes, del cierre de la reunión ministerial por el ALCA a realizarse en Miami, según informó ayer el vicecanciller Martín Redrado. Mientras tanto, el secretario de Comercio de Estados Unidos, Robert Zoellick, mantendrá hoy un encuentro en esa misma ciudad con los ministros de Economía de los países centroamericanos. En el mismo, previo a la discusión del ALCA, Washington busca apurar un tratado de libre comercio (TLC) subregional que vaya sumando países de su lado.
Por su parte, el director de la Comunidad Andina de Naciones (CAN), José Antonio García Belaunde, expresó que “lo más probable es que en Miami se apruebe un ALCA a la carta”. Esto es, que “quienes quieran negociar un ALCA con todo, lo tendrán, y los que deseen uno reducido, también podrán tenerlo. Eso implica cláusulas evolutivas para negociar posteriormente lo que queda pendiente”, según señaló el diplomático de origen peruano. El director comunitario reconoció que con el ALCA las economías nacionales quedarán blindadas a cualquier otro modelo alternativo al ortodoxo liberal.
Venezuela es el único de los cinco países miembros de la CAN que rechaza un ALCA “comprensivo”, es decir, abierto a todos los aspectos pretendidos por Estados Unidos. Individualmente, cuatro países (Perú, Colombia, Ecuador y Bolivia) de la CAN hicieron públicas sus aspiraciones de negociar bilateralmente un tratado de libre comercio con Washington.
Al margen del tratamiento del ALCA, Estados Unidos está negociando una serie de acuerdos comerciales bilaterales como el firmado con Chile este año. Hay negociaciones abiertas con Colombia, Panamá, Perú, Ecuador y República Dominicana. El fracaso de la reunión de la OMC (Organización Mundial de Comercio) de Cancún, en septiembre, aumentó el interés de varios países por los convenios bilaterales.
Un análisis independiente difundido un par de semanas atrás por la CAN concluía que el ALCA no generaría beneficios económicos a los países andinos. Incluso, alertaba sobre la pérdida de ingresos fiscales vía baja de aranceles, que debería ser compensada con otros impuestos.