En el sector automotor la situación laboral está cada vez más frágil. La empresa alemana Volkswagen está a punto de cerrar su tercer turno de producción con lo cual peligran unos 1200 puestos de trabajo. La empresa negocia desde hace varios días con el gremio y ya comunicó esta situación a proveedores. Se resolvería mediante un combo de despidos, suspensiones y retiros voluntarios. Por su parte, Ford se desprendió en diciembre de 100 trabajadores entre despidos y retiros voluntarios y también puede haber novedades negativas en Fiat y Renault. La primera causa que explica este panorama es el desplome del mercado brasileño. Entre los autopartistas también hay preocupación y hay varias empresas en la cuerda floja.

En lo que va del año la producción de vehículos totalizó 51.959 unidades, una caída del 27,1 por ciento en relación al mismo período de 2015. El año pasado la producción cerró en 543 mil vehículos, cuando en 2011 se había llegado a un máximo de 828 mil unidades. Las ventas en el mercado interno bajaron de 858 mil unidades en 2011 a 643 mil unidades el año pasado, mientras que las exportaciones se redujeron de 506 a 245 mil unidades a raíz de la situación de Brasil. Según Anfavea, entidad que nuclea a las terminales radicadas en el país vecino, el mercado brasileño automotor sufre una “una crisis sin precedentes”. Las empresas argentinas esperan que este año la situación en Brasil sea todavía peor que en 2015.

El Gobierno de Mauricio Macri ofreció rápidamente varias ventajas a las automotrices a través de la fortísima devaluación, la baja del impuesto a los autos de lujo y el acceso al mercado de cambios. Eso mejoró la rentabilidad de las firmas, pero de ahí a sostener el empleo en un contexto de baja de la demanda y miles de despidos del propio Estado nacional, hay un trecho. Salvo Mercedes Benz y Toyota, todas las empresas automotrices radicadas en el país piensan en cómo hacer el ajuste.

La novedad más importante vendrá por el lado de Volkswagen, que cerrará su tercer turno de producción de la planta de General Pacheco. Hay 1200 puestos de trabajo en juego, que la empresa va a intentar negociar con el gremio a través de suspensiones, retiros voluntarios y despidos. Eso se suma a las 130 suspensiones rotativas que rigen desde febrero en la planta cordobesa de cajas de cambio de Volkswagen. Por su parte, en diciembre Ford redujo 100 trabajadores de planta mediante despidos y retiros voluntarios, aunque por tener modelos de autos relativamente nuevos se ve menos afectada que Volkswagen. Tampoco están exentas de un posible recorte Fiat, Renault, Peugeot y General Motors, aunque fuentes del sector aclaran que esas empresas “ya hicieron el ajuste en los últimos años”.

La situación afecta de manera directa a los empleados de las automotrices pero también a los autopartistas, sector que emplea a unos 58.300 trabajadores, cerca del doble del empleo que generan las terminales. Las firmas autopartistas se dedican a la producción de partes y piezas para las terminales, y por lo tanto miran con mucha atención las novedades en ese segmento. Pero también hay un amplio grupo de empresas que se dedican a exportar a Brasil, en donde el desplome del país vecino también se siente, explica Juan Cantarella, de AFAC, la asociación que las agrupa.

El 20 por ciento de la producción de partes y piezas, en cambio, se destina al mercado de reposición. Son entre 250 y 300 empresas, en su mayoría pymes, que emplean más de 15 mil trabajadores, concentradas en el Gran Buenos Aires, Córdoba y Santa Fe. Este sector compite de forma directa con las importaciones. Si bien el nuevo sistema de administración del comercio está arrancando, en enero hubo un salto muy fuerte de las importaciones que empezó a afectar al segmento dedicado al mercado de reposición.