ECONOMíA
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Un menú de opiniones
La tensión entre el Gobierno y los acreedores en default, con el FMI y el G-7 de teloneros, provocó las siguientes reacciones:
- El ministro del Interior, Aníbal Fernández: “La Argentina está cumpliendo a rajatabla con el acuerdo firmado con el FMI. El Presidente no es pendenciero, ni prepotente, ni tiene una actitud soberbia, sino que marca la única posibilidad que tiene el país de hacer frente a esa deuda”.
- El economista Eduardo Curia: “La buena fe reclamada al gobierno argentino en la negociación con los tenedores de bonos en default también la tienen que mostrar el Grupo de los Siete, los organismos internacionales y los acreedores. Hay que intentar lograr un canal de negociación menos espectacular, menos a la luz pública”.
- El economista Miguel Kiguel: “Es peligroso convertir la reestructuración de la deuda en una causa nacional porque puede complicar la negociación. Hay que discutir al revés: definir primero el gasto para este año y cuánto queda para pagarles a los acreedores. Espero que prime la cordura. Sería un error politizar el tema”.
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