Después de varios días en que el precio del petróleo superó record tras record, ayer se tomó un respiro. La clave para frenar la disparada fue que el presidente de la OPEP, Purnomo Yusgiantoro, sostuvo que habrá un aumento inmediato en la producción mundial. Tras sus palabras, el barril en el mercado de Nueva York bajó a 42,83 dólares, 1,3 menos que el día anterior. En Londres, el barril terminó también con una caída de 94 centavos, a 39,70 dólares, tras haber alcanzado previamente un record durante la sesión de 40,99 dólares. Otra noticia que descomprimió la situación fue que la petrolera rusa Yukos dejó entrever que no suspenderá su producción. El mercado tenía mucho temor a esa posibilidad. Frente a estas informaciones positivas que bajaron la presión, hubo otro que operó en sentido contrario y fue que la Casa Blanca confirmó que no quiere utilizar las reservas estratégicas de petróleo de Estados Unidos. George Bush se sigue oponiendo a utilizar las reservas estratégicas de petróleo de Estados Unidos, a pesar de los altos precios del crudo, que alcanzaron niveles record, dijo la portavoz de la Casa Blanca, Claire Buchan.