- Felipe Solá, gobernador de la provincia de Buenos Aires: “Hay que plantarse frente a las empresas que quieren hacer habitual el aumento de precios. ¿Una empresa aumenta el 4, 5 o 6 por ciento los precios de sus productos y tenemos que hacernos los zonzos? En la Argentina hay memoria de inflación y justamente por ese registro no podemos hacernos los distraídos; tenemos que cortar las cosas de cuajo para que la gente no tenga inflación porque si no su bolsillo se sigue reduciendo. Este tema está en debate como si hubiéramos coartado la libertad de comercio y no se trata de eso, sino de advertir a los argentinos sobre cualquier maniobra”.

- Mauricio Macri, líder de Compromiso para el Cambio: “Es inaceptable que el Presidente tenga su guardia pretoriana, su ejército de ocupación, su fuerza de choque personal para hacer boicot. Debería preocuparse por atraer inversiones productivas y no buscar su destrucción. Caso contrario, habrá menos trabajo y más inflación. Boicot habría que hacerle al Gobierno por proteger al secretario de Transporte Ricardo Jaime a pesar del escándalo de las drogas, pero con la ley en la mano y no con piqueteros adictos al Presidente”.

- Alberto Natale, diputado por el Partido Demócrata Progresista: “La política energética de Kirchner es criminal. El Presidente instigó a la violencia promoviendo el boicot a las petroleras. El secretario general de la Presidencia, Oscar Parrilli, organizó y dirigió los piquetes. ¿Qué hay detrás, una nueva persecución? ¿Como la que se hizo con la prensa, economistas u opositores? ¿O provocar la venta de Shell a Pdvesa-Enarsa? El romance Kirchner-Chávez tiene ruinosas consecuencias para la Argentina”.

- Héctor Polino, diputado socialista: “El Congreso no puede continuar siendo un observador frente a un conflicto suscitado con la empresa Shell a la que ahora se ha sumado Esso, de capitales extranjeros. El secretario de Energía y combustibles Daniel Cameron deberá explicar la política energética con los países vecinos”.

- Patricia Bullrich, de Unión por Todos: “Es importante que la sociedad defienda el poder adquisitivo de su salario. Durante los últimos meses el Gobierno ha visto aumentar los precios de otros productos, incluidos muchos de los que conforman la canasta familiar sin hacer nada. La estructura impositiva regresiva sigue intacta, retenciones e impuesto al cheque siguen condenando a la producción, las pymes continúan con estructuras de costos imposibles y nada se ha hecho al respecto”.