La política económica de los ’90 estuvo en el eje de las críticas que se escucharon ayer en Córdoba. Los mayores aplausos se los llevó el secretario de Industria, Miguel Peirano. Fue cuando recordó que en la década pasada, “alegando una supuesta etapa posindustrial”, se llegó a sostener la inviabilidad de la propia industria. El crecimiento del 40 por ciento en el producto industrial desde 2002 muestra que, en realidad, “lo único inviable era la política de los ’90”, afirmó el secretario. En esta misma línea se expresará hoy en el cierre de las jornadas el presidente de la UIA, Héctor Méndez, quien además de elogiar la política del gobierno inaugurará la crítica a lo que muchos industriales comenzaron a llamar “liberalismo populista”.
Página/12 accedió al discurso que hoy presentará el presidente de la entidad fabril en su recepción al ministro Roberto Lavagna. En sus ejes centrales, Méndez preparó elogios para varios aspectos de la política del Gobierno, con lo que pretende dejar atrás cualquier cortocircuito reciente. El primer punto es la política cambiaria y el activo rol que, a través de sus intervenciones, está jugando el Banco Central. El segundo es el mantenimiento de un fuerte superávit fiscal que continúe fortaleciendo la gobernabilidad de la economía. El tercero, la importancia de las negociaciones internacionales, lo que brinda a los distintos sectores señales claras para decidir inversiones. En el plano de los pedidos, se demandará que este superávit fiscal se mantenga en el tiempo para evitar que el sector público compita con el privado en el sector financiero local, encareciendo el crédito.
Mientras el grueso de los industriales pretende el mantenimiento del tipo de cambio nominal dejando que el ajuste se produzca en el mediano plazo por una inflación controlada, en la vereda de enfrente se encuentran quienes proponen permitir la apreciación del peso y enfriar la economía. La amenaza que señala este último grupo es la inflación. Aunque los industriales rechazan que las intervenciones del Banco Central sean inflacionarias, eluden hablar de los problemas que en la formación de precios provocan los mercados oligopólicos que, en muchos sectores, los tienen como protagonistas.