El Poder Ejecutivo enviaría hoy al Congreso dos proyectos para auxiliar a empresas y entidades financieras en problemas. Una iniciativa está orientada a modificar la Ley de Quiebras, suspendiendo las ejecuciones en trámite. La otra dispone reformular artículos de la Carta Orgánica del Banco Central para consignar expresamente que éste conservará su status de prestamista de última instancia, posible auxilio de entidades en problemas.
La modificación de la Ley de Quiebras está inspirada en un proyecto de ley promovido por el actual secretario de Hacienda, Oscar Lamberto, que ya consiguió media sanción de Diputados. Hasta ayer, los técnicos oficiales trabajaban sobre esa base con el propósito de ampliar el universo de beneficiarios, que la propuesta original sólo reservaba a las pymes quebradas.
La propuesta fogoneada por Lamberto estuvo inspirada en el afán de evitar que muchos bancos ejecutaran créditos concedidos a dueños de campos afectados por las inundaciones. Con esta intención, la iniciativa avalada por Diputados suspendía por seis meses “la ejecución de todas las sentencias y trámites procesales correspondientes a concursos preventivos, quiebras, obligaciones bancarias con o sin garantías hipotecarias o prendarias, vencidas o no, por su capital y por sus intereses y a todas las acciones judiciales y extrajudiciales de ejecución de las garantías reales de hipoteca y prenda”.
Según fuentes oficiales, el nuevo proyecto dejaría intacto este amparo, en el que se podrían incluir a los inquilinos morosos. Por el contrario, estarían exceptuados de esta suspensión los casos en que hubiera comenzado a cumplirse la sentencia de quiebra, con la correspondiente liquidación de bienes, las acciones para hacer efectivas las cuotas alimentarias, los créditos laborales hasta 10 mil pesos, los procesos en los cuales el Estado es demandante y aquellos de entidades financieras dispuestos por el Central. Pero otra gran cuestión es si la protección será general o estará acotada a las empresarios más chicos, como en algún momento imaginó Lamberto.