El próximo viaje de Aldo Pignanelli a los Estados Unidos ya generó polémica antes de empezar. Por la mañana, el presidente del Banco Central aseguró que el ministro Lavagna lo acompañaría en la misión. Pero, rápidamente, la oficina de prensa del ministerio de Economía desmintió esa participación. “Lavagna no viajará ni solo ni acompañado”, aseguraron los voceros. La única buena noticia que tuvo ayer el titular del BCRA fue que la comisión de Acuerdos del Senado convalidó, por unanimidad, el pliego para que quede al frente de la entidad hasta septiembre de 2004.
El desplante del Lavagna no hizo más que reavivar la tensión entre ambos funcionarios. Pero los problemas del viaje de Pignanelli no terminan allí. En un principio estaba previsto que se concretara en la primera semana de agosto, no bien finalizara la visita de Paul O’Neill a la Argentina. Pero la postergación de la llegada del americano retrasó la partida del titular del BCRA. “El viaje se hace después de su partida”, señalaron fuentes del BCRA sin confirmar las nuevas fechas. En su nuevo viaje, Pignanelli intentará renegociar los vencimientos de la deuda con los organismos y presentar el programa monetario hasta el 2003. Tras conocer el informe de los “notables” y la visita de O’Neill, la esperanza de Pignanelli es acercarse a un acuerdo con el organismo.