Sáb 22.03.2008

EL MUNDO  › CONDI RICE LE PIDIó PERDóN A OBAMA EN NOMBRE DEL DEPARTAMENTO DE ESTADO

Espiaban a los candidatos

La funcionaria reconoció que tres empleados violaron los registros de los pasaportes de Barack Obama, Hillary Clinton y John McCain. Despidió a dos y sancionó a uno

Los tres principales candidatos presidenciales estadounidenses eran espiados por funcionarios del Departamento de Estado, según reconoció la propia Condoleezza Rice ayer. Dos empleados fueron despedidos y otro, sancionado por revisar los datos de los pasaportes de los demócratas Hillary Clinton y Barack Obama, y del republicano John McCain a principios del año pasado. Luego de que el incidente saliera a la luz, Rice llamó al joven senador de Illinois para disculparse. “Le dije que lo lamentaba y que yo misma estaría muy molesta si me enterara de que alguien ha mirado los archivos de mi pasaporte y por eso estaré muy pendiente de ello y llegaré hasta el fondo del asunto”, contó luego a la prensa.

Por ahora no se sabe si los funcionarios del Departamento de Estado vieron en los documentos personales de los candidatos alguna información adicional a los datos personales básicos. “Nombre, fecha de nacimiento, dirección, información de contacto, información de los padres, datos biográficos básicos”, dijo restándole importancia al vocero de la cartera Sean McCormack. Sin embargo, ante la insistencia de los periodistas el funcionario reconoció que todavía no saben cuántos archivos lograron abrir. Algunos medios estadounidenses ya especulaban ayer con que los empleados despedidos habrían tenido acceso al número de Seguridad Social de Obama. En Estados Unidos ese número permite acceder a registros privados de una persona, como su historial crediticio.

Ahora el Departamento de Estado junto con el de Justicia investiga para determinar cómo tres empleados de mediano nivel lograron saltear los mecanismos de privacidad. Según explicó Rice, todos los documentos de personas de “alto perfil” están marcados con una alerta, para advertir a los supervisores cada vez que alguien los abre. Este sistema por alguna razón no funcionó y las autoridades recién se enteraron de la violación a los registros de los tres candidatos con una revisión rutinaria de las computadoras de todo el Departamento.

Obama aprovechó el escándalo para atacar al gobierno de George Bush y su “poca consideración por las libertades de los ciudadanos”. El senador de Illinois y favorito en las encuestas demócratas emitió un comunicado ayer en el que aseguró que la violación de su registro respondía a fines políticos. “Cuando vimos no sólo uno sino una serie de intentos de mirar en los archivos personales de personas, es un problema no sólo por mí sino por cómo está funcionando el gobierno”, sostuvo.

Antes de que Rice reconociera públicamente el despido de sus dos funcionarios, McCain se había solidarizado con su posible rival de noviembre próximo. “Si la privacidad de alguien es violada, ese alguien merece una disculpa y una investigación completa y estoy seguro de que eso sucederá”, había dicho el candidato republicano después de reunirse con el presidente francés Nicolas Sarkozy en París.

Sin embargo, el senador por Arizona se distanció de Obama y desligó de toda responsabilidad a la Casa Blanca. “En Estados Unidos rige el derecho de cada uno a que se respete su vida privada y tendrá que haber una reparación”, sostuvo el hombre del oficialismo. Minutos después se enteró, viendo la conferencia de prensa de Rice, que su registro de entradas y salidas del país también había sido violado. Las infracciones cometidas por los empleados en los casos de McCain y Clinton no habían sido detectadas hasta ayer, después de que funcionarios del Departamento de Estado, alertados por el escándalo relacionado con el pasaporte de Obama, iniciaron una investigación por separado.

El caso de Clinton, sin embargo, fue levemente diferente al de McCain y el de Obama. Hace unos meses, cuando el Departamento de Estado se vio desbordado por las peticiones para obtener pasaportes, se vio obligado a contratar más personal. En la fase de entrenamiento, cuando el instructor instó a sus alumnos a buscar sus datos propios o los de un familiar, el aprendiz buscó el archivo de la senadora por Nueva York. Según McCormack, la persona fue amonestada pero continuó con el entrenamiento.

No obstante, para McCormack el sistema funciona. “Se trata de una curiosidad imprudente, nada más”, dijo, descartando cualquier móvil político.

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