EL MUNDO › LA MAYOR GUERRILLA DE COLOMBIA CONFIRMó QUE MANUEL MARULANDA FALLECIó EN MARZO DE UN INFARTO
La designación de Alfonso Cano como máximo líder del grupo rebelde abre interrogantes sobre las futuras políticas en torno de los rehenes y el intercambio humanitario. El gobierno de Uribe aprovecha y llama a que entreguen las armas.
› Por Katalina Vásquez Guzmán
Desde Medellín
Emocionado y en voz alta, alias Timochenco, de la guerrilla colombiana de las FARC, salió a confirmar la muerte de Tirofijo, el número uno del grupo insurgente, anunciada anteayer por el ministro de Defensa, Juan Manuel Santos. Timochenco apareció en un video por la cadena de Telesur, de Venezuela, leyendo un comunicado de la guerrilla donde admiten la muerte de su máximo líder, confirman la fecha del fallecimiento y explican la causa. También anuncian que el nuevo comandante en jefe de las FARC es alias Alfonso Cano, uno de los miembros de la cúpula.
La ratificación de la noticia que da la vuelta al mundo desde el sábado fue utilizada por el gobierno de Uribe para señalar que esa guerrilla está en su peor momento y para invitar a los rebeldes de base a entregar las armas. Los revolucionarios, mientras tanto, lloran y honran la memoria de su comandante y lo señalan como “el hombre más importante de la historia colombiana desde la segunda mitad del siglo XX”.
“Con inmenso pesar informamos que nuestro comandante en jefe, Manuel Marulanda Vélez, murió el pasado 26 de marzo como consecuencia de un infarto cardíaco en brazos de su compañera y rodeado de su guardia personal y de todas las unidades que conformaban su seguridad luego de una breve enfermedad”, manifestó Timochenco, uno de los más antiguos integrantes del secretariado de las FARC y médico de profesión. El hombre explicó que Tirofijo recibió sepultura y el “homenaje de los millones de colombianos y ciudadanos del mundo que lo valoran y admiran por encima de la asquerosa campaña mediática contra las FARC”.
Para el gobierno, el que ha muerto es un “hombre que le ha hecho profundo daño al país”, según dijo el ministro de Interior y de Justicia, Carlos Holguín, quien se encargó de recordar que fue Tirofijo el que dirigió algunas de las más horrorosas masacres a campesinos señalados de ser supuestos colaboradores de paramilitares, ordenó las tomas armadas a poblaciones con saldos de mujeres, niños y civiles asesinados por todo el país, ordenó múltiples emboscadas a escuadrones de la Policía y el Ejército, y convirtió al grupo rebelde en traficante de cocaína y armas.
Por su parte, el ministro de Defensa afirmó que con la muerte de Tirofijo descansa Colombia. El presidente Uribe deja que hablen sus ministros. Guardó silencio después de que la guerrilla confirmara la muerte de Marulanda, aunque no ocultó su contento con la sonrisa que trae desde el sábado.
Diversos sectores de opinión del país califican los hechos como fatales para la guerrilla de las FARC. El máximo líder desaparece en medio de la crisis militar y política del grupo insurgente, después del asesinato en combate del número dos, Raul Reyes, el homicidio de Iván Ríos, de la cúpula y el abandono de la causa de Karina, importante comandante. Militares y políticos colombianos dicen que es un duro golpe simbólico para “narcoterrorismo”, como denominan la lucha armada de las FARC.
El poder en la estructura de la guerrilla colombiana, las políticas frente a los secuestrados y los cientos de rehenes que siguen en su poder, así como por el intercambio humanitario, quedan en vilo ahora que no está Marulanda. Y la designación de Alfonso Cano como nuevo comandante en jefe deja muchos interrogantes. Desde ayer, cuando el nombre de ese miembro del secretariado empezó a sonar para reemplazo de Tirofijo, se dice que hay malestar al interior de la guerrilla.
Alfonso Cano no es un nombre que recuerden los colombianos o el mundo. En cambio, el alias de Monojojoy, quien apareció siempre como uno de los principales guerrilleros de las FARC, era el esperado para el cargo. El diario El Tiempo, el más importante de Colombia, afirma sobre Cano que “es fácil prever que su estilo de comandancia distará mucho del modelo autocrático o vertical impuesto por Tirofijo, con una clara ascendencia sobre todos los miembros del secretariado”.
Guillermo León Sáenz Vargas, como se llama Cano, tendrá unos 52 años, 23 de los cuales ha estado enfilado en la guerrilla. Es el líder del partido político clandestino Movimiento Bolivariano, que fue dado a conocer en abril del año 2000, y fue quien, en los años ‘90, encabezó una delegación negociadora de paz en Venezuela y México.
Alfonso Cano pertenece a la cúpula de las FARC, donde fue ideólogo político y jefe del Bloque Occidental, uno de los más grandes en número, armamento y poder. El nuevo comandante tiene órdenes de captura por terrorismo, homicidio y secuestro. Y sería el encargado de tomar la vocería para posibles próximos acercamientos con el gobierno colombiano, u otros extranjeros, en la eventual negociación de un canje de prisioneros.
Según dijo Timochenco al confirmar la muerte de Tirofijo, “la confrontación no da respiro y la lucha prosigue”, y agregó que las “propuestas” de esa guerrilla “alrededor de los acuerdos humanitarias y la salidas políticas continúan vigentes”. Al frente de esa tarea estaría Cano, por decisión “unánime” del Estado Mayor Central de las FARC.
Sin embargo, la mayor preocupación de la guerrilla hoy es la comunicación entre ellos mismos. Así lo analizó Carlos Lozano, el director del semanario Voz, publicación de izquierda.
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