Mar 24.09.2002

EL MUNDO  › COMO SERA EL NUEVO GOBIERNO DE GERHARD SCHROEDER

Cuán verde va a ser mi valle alemán

El Partido Verde alemán, luego de ser el actor decisivo del triunfo del actual gobierno, intentará conquistar más espacios de poder. Se habla de un cuarto ministerio y de discusiones más serias sobre programas ecologistas.

Por John Hooper *
Desde Berlín

El periódico de Berlín Der Tagespiegel publicó ayer una historieta mostrando a un jadeante Joschka Fischer corriendo hacia la llegada final con un sonriente Gerhard Schroeder en brazos. “Sabía que lo lograríamos”, decía el canciller. Los Verdes, en general, y el líder del partido Joschka Fischer, en particular, llevaron realmente al centroizquierda hacia la victoria el domingo a la noche. Como hizo notar Fischer, el partido aseguró cada uno de sus objetivos. Ganó más del ocho por ciento de los votos, siguió como el cuarto partido más grande después de los socialdemócratas (SPD), los democristianos de la CDU y los socialcristianos bávaros de la CSU y, sobre todo, su éxito aseguró la sobrevivencia de la coalición “verde-roja”.
Pero Fischer mandó una velada advertencia a sus partidarios ayer de que no provoquen a sus aliados socialdemócratas. Dijo que, después de su notable actuación, no veía “motivo para relajarnos”. Lo que se está discutiendo es un cuarto ministerio para los Verdes luego de los comicios. Franz Muntefering, el secretario general de los socialdemócratas, no descartó ayer la posibilidad.
El partido Verde, sin embargo, también estará tratando de introducir más de sus ideas en el programa de gobierno que hace cuatro años atrás. Fritz Kuhn, el líder conjunto del partido, dijo que se acercarían a las negociaciones de la coalición en “forma amistosa y constructiva”, pero con una “detallada estrategia”.
Tal aproximación podría provocar fricciones. El partido Verde, por ejemplo, quiere mantener la fase aumentada de la tasa del combustible fósil alemán, la llamada “eco-tasa” que los socialdemócratas se comprometieron a superar después de 2003. El PSD está comprometido con la conscripción militar. Los Verdes la quieren desechar. Pero, dijo Schroeder, “cualquiera que crea que habrá grandes problemas en las negociaciones se va a ver defraudado”. Eso puede haber sido más que sólo un efecto. La campaña vio un visible crecimiento conjunto de los elementos rojos y verdes. Schroeder hizo suyas dos causas claves de los ecologistas: la oposición a la guerra, en su negativa a enviar tropas para una invasión a Irak, y la preocupación por la ecología, en la forma de un compromiso con la energía alternativa.
Su nuevo gobierno puede ser más débil porque tendrá una mayoría más pequeña, pero pensando en más objetivos comunes puede terminar fortaleciéndose. En algunas áreas, aquellas en que se enfrenta a la resistencia de la “vieja guardia” del PSD, Schroeder puede aceptar encantado la excusa de la presión de los Verdes. “Schroeder no necesita reformar su propio partido porque tiene a los Verdes”, dijo Claus Leggewie, un profesor de Ciencias Políticas de la Universidad de Giessen.
La política económica de los Verdes, por ejemplo, tiene elementos de liberalismo así como de antiglobalización. No resaltó mucho en el último programa del gobierno, ya que todas las carteras ministeriales que tienen alguna relación con la cuestión económica estaban en manos de los independientes o de los socialdemócratas. Pero Fischer dejó caer algunas insinuaciones ayer, sugiriendo que le gustaría que eso cambiara.
“Queremos llevar adelante la modernización de nuestro país y continuar con la cuestión de la globalización”, dijo. Algunos de los temas más importantes, añadió, incluían “la reforma estructural” en la ecología y en la economía.
En este sentido, Penny Kemp, presidenta del partido Verde en Gran Bretaña, dijo: “La gente está comenzando a relacionar los desastres, como las inundaciones, con los temas económicos. Las inundaciones sucedieron en un momento importante para la suerte electoral de los Verdes, particularmente en la vieja Alemania Oriental, que sufrió la peor parte. En Europa, y por cierto en todo el mundo, es parte de un creciente voto sólido verde. Hemos tenido éxitos recientes tan lejos como Taiwan y México, cuando la gente comienza a ver la relación entre la ecología y el bienestar económico”, dijo.
“No somos vistos más como un partido con un único tema, sino como un partido con una agenda social alternativa que incluye la paz”, completó.

* De The Guardian de Gran Bretaña. Especial para Página/12
Traducción: Celita Doyhambéhère

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