EL MUNDO › LA LLEGADA DEL MANDATARIO DE EE.UU. TUVO DE TELóN DE FONDO LA EVENTUAL RETIRADA DE TROPAS BRITáNICAS
El presidente visita a su principal aliado militar. En la capital británica, cientos de personas se manifestaron contra la guerra en Irak en la víspera de la reunión con Gordon Brown. Habría diferencias sobre el repliegue de tropas.
Unos 2000 manifestantes recibieron a George W. Bush en Londres, en la última escala de su gira por Europa. Allí el presidente de Estados Unidos se reunirá hoy con el premier Gordon Brown para abordar la situación en Irak, Irán y la economía mundial, en medio de un clima tenso ante la posibilidad de que Inglaterra anuncie próximamente la retirada de tropas del país ocupado. “Confío en que él, como yo, escuchará a nuestros comandantes para asegurar que los sacrificios hechos no se desbaraten por reducciones que podrían no estar garantizadas a estas alturas”, advirtió Bush al diario local The Observer durante su vuelo a Londres.
Después de pasar dos noches en Francia y calificar a ese país como el “primer amigo” de Washington, el mandatario norteamericano y su esposa Laura aterrizaron ayer en el aeropuerto de Heathrow. Desde allí se desplazaron en helicóptero al castillo de Windsor, en el suroeste de la capital británica, donde tomaron té con la reina Isabel II y el príncipe Felipe.
Aunque la pareja presidencial se refugió en la fortaleza, lejos del ruido y las protestas de la ciudad, las calles del pequeño pueblo medieval también fueron escenario de una manifestación. Decenas de activistas levantaron pancartas en las que acusaban a Bush de ser un criminal de guerra y reclamaban el cierre de la prisión en la base estadounidense de Guantánamo, en el este de Cuba.
Hasta ahora la gira de Bush no había registrado movilizaciones, con la excepción de Italia. A diferencia de lo que ocurrió en viajes anteriores, la Coalición contra la Guerra congregó en el centro de Londres a unos 2000 manifestantes que protestaron contra la intervención militar en Irak y Afganistán. Por el contrario, el dispositivo de seguridad fue impresionante, con cientos de policías movilizados en las calles del centro de Londres, que impidieron a los manifestantes marchar hacia Downing Street, donde Bush y su esposa Laura asistieron más tarde a una cena ofrecida por el primer ministro, Gordon Brown, y su esposa Sarah. En el 2003, la organización pacifista había convocado cerca de 300 mil manifestantes.
Hoy, ambos líderes sostendrán una reunión de trabajo centrada en Irak, el expediente nuclear iraní, el alza del precio del petróleo y los alimentos. Sin embargo, ayer, antes de que Bush pisara Londres, salieron a luz algunas tensiones en torno a la retirada de las tropas de Irak que podrían empañar la agenda de los mandatarios.
Tras reconocer que ambos países aliados quieren traer de vuelta a casa a sus tropas, el mandatario estadounidense, al que sólo quedan siete meses en la Casa Blanca, insistió en que sólo podrán irse de Bagdad cuando logren el éxito de la operación, según informó The Observer, en una entrevista publicada ayer.
Pero la Casa Blanca desmintió de inmediato las conclusiones del diario británico. En declaraciones a bordo del avión Air Force One que trasladaba a Bush a Londres desde París, el consejero de seguridad de la Casa Blanca, Stephen Hadley, negó tajantemente que existan diferencias políticas entre Washington y Londres. “(Bush y Brown) sólo creen en el regreso de las tropas tras haber alcanzado el éxito sobre el terreno”, dijo. “Esta es la fórmula de Estados Unidos y es la fórmula del Reino Unido”, agregó el alto funcionario.
Desde Downing Street, las declaraciones fueron similares. “No hay ningún desacuerdo (con Estados Unidos sobre ese tema)”, aseguró una portavoz del gobierno inglés, luego de conocerse la entrevista que The Observer le hizo a Bush.
La semana pasada, un informe divulgado en Londres apuntaba a la posibilidad de que el Reino Unido podría anunciar una retirada definitiva de sus 4200 soldados de Irak para finales de año. En cambio, Bush ha rechazado a lo largo de todo su mandato fijar un calendario para la salida de las tropas estadounidenses.
La posibilidad de una salida de los soldados británicos de Irak fue una constante desde la llegada al poder el año pasado de Brown, que pese a sus actitudes pro estadounidenses no consiguió forjar una relación tan cálida como la que tuvo su antecesor, Tony Blair, o su contemporáneo francés, Nicolas Sarkozy.
Antes de ver a Brown, Bush se reunirá hoy con Blair, en la actualidad enviado del Cuarteto para Medio Oriente. Luego, viajará a Irlanda del Norte. En la última escala de su gira por el Viejo Continente, Amnistía Internacional y otras organizaciones lo despedirán con protestas.
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