Jue 19.06.2008

EL MUNDO  › AUNQUE SEñALA COMO “FRáGIL” EL ACUERDO CON HAMAS

Israel, con la tregua

En la víspera del alto el fuego, 30 cohetes y 19 bombas de mortero fueron disparados desde Gaza, sin causar bajas. Los ataques aéreos israelíes hirieron a varios hombres armados.

› Por Donald Macintyre *

Cuando se le pregunta si está a favor de la tregua entre Hamas e Israel, Andrew Breakell marca un número de su celular y se pone en contacto con su ex socio de negocios palestino para preguntarle lo que piensa. Su charla con Tawfiq Afanna, que solía manejar las exportaciones de carne y ganado en pie que Breakell –un kibbutznik nacido en Manchester– enviaba a través de la frontera a Rafah hasta el año pasado, es breve pero concisa. “Dice que la única forma de salir adelante es sentarnos a dialogar”, afirma.

Ayer, Israel confirmó que la tregua comenzaría esta mañana, en un intento de ponerle fin a la lucha que ya ha matado a más de 400 palestinos y siete israelíes. “Lo que ellos llaman una ‘calma’ es frágil, y probablemente no dure mucho”, dijo el primer ministro israelí, Ehud Olmert. Israel “seguirá implementando esta calma”, pero su ejército está preparando su respuesta en caso de que continúen los ataques palestinos con cohetes, añadió. En la víspera de la tregua, 30 cohetes y 19 bombas mortero disparadas desde Gaza impactaron en Israel, pero no causaron bajas. Los ataques aéreos israelíes contra la tripulación de cohetes en Gaza hirieron a varios hombres armados.

En la esquina entre las fronteras de Gaza, Egipto e Israel, estábamos parados cerca del muro de concreto que protege al kibbutz Kerem Shalom del fuego de francotiradores de Gaza. Estábamos a unos 200 metros del lugar en que fue capturado el soldado del ejército israelí, Gilad Shalit. Fue aquí también que una descarga de 15 morteros cayó en la víspera de Pascua, en abril, mientras palestinos en tres vehículos militares lanzaban un ataque suicida sobre la terminal adyacente a la frontera.

De manera que la noticia de que la tregua comenzará a las 6 AM hoy es un asunto más de interés académico para las 17 familias en este ki-bbutz en el extremo sur de la frontera entre Gaza e Israel. Significa que Israel, por el momento, ha postergado la alternativa de un ataque por tierra a gran escala en la Franja de Gaza, un paso favorecido por el gabinete de la línea dura.

Eso será un alivio para Breakell, de 53 años, padre de tres hijos, a quien no le gusta la idea de una invasión a gran escala, considerando los resultados negativos o inciertos de la guerra contra Irak, Afganistán y el Líbano. Dice que está contento con una tregua, siempre y cuando conduzca a la liberación del soldado Shalit. ¿Y a cuántos prisioneros estaría él preparado a intercambiar por el soldado Shalit? “Ciento, miles”, insiste. ¿Incluyendo aquellos con sangre israelí en sus manos? “Habría que preguntarles a las familias de los que fueron asesinados”, dice. “Eso no es para mí.” Breakell puede no ser un caso típico de tener roce continuo con un contacto empresario de Gaza. Pero sus opiniones representan por lo menos una punta de un espectro relativamente amplio de opiniones en los asentamientos de la frontera israelí que han sufrido el peso de los ataques de cohetes y morteros desde Gaza.

En el kibbutz Nahal Oz, el principal alivio es que los cohetes Qa-ssam de más largo alcance ahora pasan sobre el kibbutz en lugar de impactar en sus campos de papas. Yankela Cohen, de 73 años, un miembro fundador del kibbutz en 1953, también quiere paz a la larga. Pero cree que una tregua de corto término será “el silencio antes de la tormenta”. “Debemos atacarlos para cobrarnos cada Qassam.” Hasta entonces, dice, están “viviendo una ruleta rusa”.

En Sderot, una ciudad desierta que ha soportado persistentes ataques de los Qassam, hay opiniones distintas. Chen Abrahams, una trabajadora social que vive en el kKi-bbutz Kfar Aza, dice que su hijo de ocho años duerme con ella por temor. Ella le dice a su hijo que los niños están sufriendo también en el otro lado de la frontera “para que él no crezca odiándolos”. Dice: “Soy una persona pacífica. Prefiero hablar antes que pelear. Pero algunas personas, incluyendo a mi marido, creen que estoy loca”. .

* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para PáginaI12.

Traducción: Celita Doyhambéhère.

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