EL MUNDO › LO REVELA UN INFORME DE NACIONES UNIDAS
Ni el Plan Colombia, financiado por EE.UU., ni las fumigaciones ordenadas por el gobierno de Alvaro Uribe logran frenar la expansión de cultivos. En cambio, el aumento fue menor en Perú y Bolivia.
El Plan Colombia no logra frenar la expansión de coca en ese país. Pese a los millones de dólares invertidos por Washington y las fumigaciones aéreas realizadas por Bogotá, un informe de la ONU reveló que los cultivos de coca aumentaron un 27 por ciento en Colombia en 2007, el mayor incremento registrado en la región andina. “Es una sorpresa porque el gobierno colombiano destina muchos medios a erradicar los cultivos y es un shock por la amplitud del fenómeno”, dijo Antonio María Costa, el director de Oficina de Naciones Unidas contra el delito y el crimen (Unodc). En cambio, el aumento fue menor en Perú y en Bolivia, donde el gobierno tomó distancia de la estrategia norteamericana de lucha contra el narcotráfico.
El alumno preferido de Estados Unidos en la lucha contra el narcotráfico fue bochado. Aunque el gobierno colombiano asegura que en 2007 erradicó manualmente más de 66.000 hectáreas de cultivos ilícitos y fumigó con químicos otras 153.000 hectáreas, la ONU informó ayer que los cultivos crecieron y que la producción de cocaína se mantuvo estable en 2007 respecto del 2006. Por ello, Bogotá sigue siendo el primer productor mundial, con unas 600 toneladas.
La Unodc constató que Colombia sigue acaparando la mayor área cultivada de coca –unas 99.000 hectáreas–, lo que significa un 54,5 por ciento de la producción andina. Según el organismo de Naciones Unidas, parte del incremento registrado en suelo colombiano se explica por la resiembra de cultivos que habían sido destruidos y que no tienen la misma capacidad productora que los reemplazados, lo que explicaría la estabilidad en la producción de cocaína.
Pero Colombia fue uno de los tres países andinos que engrosó el incremento de la superficie cultivada de coca. En total, Colombia, Perú y Bolivia elevaron a 181.600 las hectáreas con coca el año pasado, un aumento de 16 por ciento respecto del 2006. Esta cifra es la más alta desde 2001 –cuando la superficie cultivada fue de 211.000 hectáreas en la región– pero se mantiene de todas formas inferior a los valores constatados en la década de 1990.
En Bolivia, tercer productor de la hoja, acaparó 28.900 hectáreas, donde el aumento de 5 por ciento del cultivo respecto del 2006 fue calificado de moderado y controlable. Las cifras fueron divulgadas un día después de que el presidente Evo Morales, que todavía es presidente del sindicato de productores del Chapare, antiguo emporio de la droga, llamara a racionalizar los cultivos de coca.
La nueva cifra constituye el 16 por ciento de la totalidad de la superficie andina cultivada de coca que llega a 181.600 hectáreas. La ley antidrogas boliviana fija en 12.000 hectáreas la superficie para el cultivo legal de la hoja, que se utiliza como materia prima para la elaboración de cocaína, pero también para la masticación entre los indígenas y para usos rituales y medicinales.
Durante un acto de entrega de los resultados del monitoreo de la Unodc, el vicecanciller Hugo Fernández se distanció de Estados Unidos, el país que más aporta a la lucha antidrogas en Bolivia. “No habrá coca cero”, dijo en rechazo a la estrategia de Washington. Y a continuación señaló que sí se trabajará por “cocaína cero”.
Fernández reconoció el moderado crecimiento de las plantaciones de la hoja, pero también apuntó un incremento del 120 por ciento en su precio. “Dato que nos lleva a pensar que la demanda ha crecido y esto significa que los países consumidores no están haciendo su trabajo”, criticó. Y luego reclamó independencia para el seguimiento de los cultivos. “Bolivia aspira a que en el futuro, de manera soberana y propia, pueda realizar su propio monitoreo”, indicó.
El mayor reconocimiento se lo llevó Perú, donde el incremento de los cultivos fue de un 4 por ciento. Allí, el aumento de los precios mundiales del café, el aceite de palma y el cacao lleva a una cantidad cada vez mayor de cultivadores a no replantar los campos de coca destruidos, señaló el director del organismo, Antonio María Costa. “Se puede afirmar que en 2007 el 86 por ciento del territorio peruano intervenido por cultivos de coca (las zonas tradicionales) ha mantenido una relativa estabilidad”, señaló Flavio Mirella, de Unodc.
Tras conocer el informe de la ONU, el gobierno peruano mostró su complacencia y prometió seguir resistiendo a la ofensiva del narcotráfico. Perú es el segundo productor mundial de hoja de coca, con 53.700 hectáreas de cultivos, lo que representa un 29,5 por ciento de la superficie andina cultivada con la planta.
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