Mar 11.11.2008

EL MUNDO  › COMENZó EL TRASPASO DE PODER CON EL ENCUENTRO ENTRE EL PRESIDENTE ELECTO Y EL SALIENTE

Obama y Bush tuvieron un diálogo “productivo”

El demócrata agradeció el compromiso del actual mandatario en garantizar una transición ordenada. El contenido de las conversaciones fue privado, aunque Bush adelantó que hablaría sobre la crisis económica y las guerras en Irak y Afganistán.

Barack Obama llegó ayer a la Casa Blanca, en su primera visita como presidente electo y a una semana de ganar las elecciones. El demócrata y su esposa Michelle fueron recibidos por el mandatario George W. Bush y la primera dama, Laura. Los dos líderes, quienes no efectuaron declaraciones en público, mostraron que contemplarían la tradición política, callando sus grandes diferencias y cualquier resentimiento para entablar una conversación profunda sobre los desafíos mundiales que esperan a la próxima administración. Obama saludó el compromiso asumido por Bush para garantizar una transición “tranquila” y señaló que las conversaciones fueron “productivas y amistosas”, según hizo saber la portavoz demócrata, Stephanie Cutter.

Los próximos inquilinos de la Casa Blanca llegaron a la residencia oficial once minutos antes de la hora prevista, y posaron para las cámaras durante unos breves instantes tras los apretones de manos y saludos de rigor. Obama se saltó ligeramente el protocolo al dar una palmada en la espalda a Bush en un gesto característico suyo. Era un mal día para el actual mandatario. Según un sondeo realizado por la cadena CNN junto al organismo Opinion Research, sólo un 24 por ciento de los interrogados cree que el republicano está haciendo un buen trabajo, frente a un 76 por ciento que opina lo contrario.

Entonces Bush y Obama se enclaustraron en el Salón Oval de la Casa Blanca, la sala en la que dentro de sólo unos meses Obama tomará importantes decisiones nacionales e internacionales. Josh Bolten, jefe de gabinete de Bush, dijo que el actual presidente y su sucesor estuvieron solos en el Salón Oval durante el encuentro privado. Ambos mantuvieran conversaciones sobre asuntos que atañen a Irak y la crisis económica, mientras que la primera dama, Laura Bush, guiaba a Michelle Obama en una visita por los aposentos familiares de la Casa Blanca, que cuenta con 132 habitaciones.

El contenido de la conversación fue privado, aunque Bush adelantó la semana pasada que hablaría con Obama sobre la recesión, las guerras abiertas en Irak y Afganistán y la cumbre financiera del G-20, que tendrá lugar el sábado en la capital estadounidense.

Durante toda su campaña Obama culpó a las “políticas fallidas” de Bush por la catastrófica situación en el país y aseguró en un momento dado que cuando éste se vaya “el mundo dará un suspiro de alivio”. “Por supuesto que tienen diferencias sobre políticas, pero ambos aman a su país por igual y es ese amor por el país lo que pondrán en primer lugar. Trabajarán juntos para asegurar que tienen todo lo que necesitan para avanzar”, dijo la portavoz de la Casa Blanca Dana Perino, quien aseguró además que Bush comprende que la animosidad de la campaña es parte de hacer política.

Pese a anteriores declaraciones, Obama viajó ayer a Washington en son de paz. “Voy a acudir al encuentro con espíritu bipartidista y el sentido de que tanto el presidente como varios líderes del Congreso reconocen la gravedad de la situación y quieren actuar”, dijo Obama el viernes en Chicago durante su primera rueda de prensa tras ganar las elecciones presidenciales del martes. Tras su elección el 4 de noviembre, Obama empezó a recibir diariamente los mismos reportes que Bush, y a mantener reuniones informales con varios líderes mundiales. Aun así, Obama ha hecho hincapié en que no pretende interferir con el gobierno actual pues Estados Unidos sólo tiene “un presidente a la vez”.

Bush se refirió la semana pasada a la victoria del senador de Illinois como un “triunfo de la historia americana” y pidió a los miembros de su gobierno que colaboren en todo lo posible con el equipo del demócrata durante la etapa de transición. John Podestá, jefe del equipo de transición de Obama, adelantó durante el fin de semana que el senador demócrata podría utilizar sus atribuciones ejecutivas para anular algunas de las políticas de Bush en temas como la investigación con células madre o las perforaciones petrolíferas.

El demócrata, que venció el martes pasado por goleada a su rival republicano John McCain, recuerda en su libro autobiográfico The Audacity of Hope (La audacia de la esperanza) sus primeras impresiones de la Casa Blanca tras una visita en el 2004. “El interior de la Casa Blanca no tiene el interior luminoso que uno podría esperar por las películas o la televisión. Está bien mantenida pero desgastada. Es una casa grande y vieja en la que uno se imagina debe de haber corrientes durante las frías noches invernales”, dice Obama en su libro de aquella primera visita.

Los Obama tienen dos niñas, Malia de 10 años y Sasha de 7, que se transformarán en los primeros niños en habitar la Casa Blanca después de Chelsea Clinton, que tenía 12 años cuando se mudó a la residencia. Los Bush tienen dos hijas adultas, Jenna y Barbara, que ya asistían a la universidad cuando su padre asumió la presidencia.

Los encuentros entre el mandatario saliente y el electo son tradicionales en los traspasos de poder en Estados Unidos, aunque esta vez se celebró especialmente temprano. La reunión duró dos horas y ni Bush ni Obama hicieron declaraciones a la prensa sobre su encuentro. Los Obama abandonaron la residencia en un limusina negra rumbo al aeropuerto para embarcarse nuevamente hacia Chicago.

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