El presidente electo estadounidense, Barack Obama, anunció ayer el nombramiento del ex líder de la mayoría demócrata en el Senado Tom Daschle en el puesto de secretario de Salud y Servicios Sociales. Durante una conferencia de prensa en Chicago sobre el “porvenir del sistema de salud nacional”, Obama también se despegó del escándalo del gobernador de Illinois, Rod Blagojevich, alias Blago.

“Le pedí a Tom que fuera no solamente mi secretario de Salud y Servicios Sociales, sino también el director en la Casa Blanca del despacho dedicado a la reforma del sistema de salud”, informó Obama. Daschle será el secretario de Sanidad y Servicios Humanos y al mismo tiempo el director de la Oficina de la Casa Blanca para la Reforma Sanitaria, un nuevo puesto creado por Obama. Su subdirectora será Jeanne Lambrew, quien ya trabajó en asuntos relacionados con Sanidad en la Casa Blanca en el último mandato de Bill Clinton. El nombramiento del ex senador por Dakota del Sur de 61 años deberá ser confirmado luego por el Senado.

La reforma del sistema de salud es una de las grandes promesas de la campaña demócrata, cuyo gobierno se iniciará el 20 de enero, en un país donde casi 46 millones de personas no tienen cobertura médica. La reforma de la salud de los demócratas tiene un precedente en Estados Unidos. Hillary Clinton lo intentó cuando su marido era presidente, pero terminó en fracaso.

Otro de los ejes centrales de la campaña presidencial de Obama fue la promesa de un fuerte impulso para acelerar la transición de la sociedad estadounidense hacia fuentes de energía limpias y que reduzcan su dependencia de los países productores de petróleo. Según indicaron fuentes del entorno del presidente electo, el Premio Nobel para la Física Steven Chu será el hombre encargado de dirigir esa transición, como responsable del Departamento de Energía,

Al negar haber hablado con el gobernador por Illinois sobre el intento de venta de la banca senatorial que deja libre, el presidente electo se despegó una vez más del escándalo. “Yo no hablé con el gobernador sobre estos temas y tampoco ninguno de mis colaboradores”, afirmó. “Eso sería una violación de todo lo que esta campaña representa. Y ésa no es la manera en que nos manejamos nosotros”, añadió.

Para corroborar sus palabras, el futuro presidente prometió juntar todos los datos “sobre cualquier contacto” de su oficina de transición gubernamental y la del gobernador en referencia a la banca. “Como la mayoría de la gente de Illinois, me sentí indignado y desilusionado por lo que vi en los documentos”, dijo Obama en referencia a las pruebas presentadas por el fiscal de Chicago y el FBI ante la Justicia.

Blagojevich está acusado de intentar vender la banca senatorial al mejor postor, luego de fracasar en su intento para que Obama le ofreciera un puesto en el futuro gabinete nacional. Obama reiteró también el pedido de renuncia del gobernador hecha el miércoles a través de su portavoz, Robert Gibbs. “No creo que el gobernador en este momento pueda servir efectivamente a la gente de Illinois. Espero que el propio gobernador llegue a la conclusión de que ya no puede servir eficientemente y que dimita”, disparó.

El estado de Illinois, donde Obama desarrolló toda su carrera política hasta que llegó al Senado en 2004, se vio sacudido últimamente por varios escándalos. Tres antecesores de Blagojevich en los últimos 40 años fueron a la cárcel por corrupción, el último George Ryan, quien aún cumple en prisión seis años de condena.

En su corta pero intensa exposición, Obama aseguró también que no fue contactado hasta ahora por el Buró Federal de Investigaciones (FBI) y que tampoco lo fue algún miembro de su equipo. Obama recordó que la Fiscalía dejó en claro que la oficina del presidente electo no tuvo nada que ver con los manejos que llevaron al arresto de Blagojevich el martes.

El ya ex senador por Illinois recalcó, además, que en algunas de las conversaciones interceptadas por el FBI el gobernador insulta a Obama y sus asesores por no querer darle “más que aprecio”.

Anteanoche Bob Greenlee, asistente de Blagojevich, renunció al cargo luego de que en un acta de acusación se identificara a un “gobernador adjunto A” que está profundamente vinculado en un presunto plan para intimidar al diario Chicago Tribune por orden del gobernador y su esposa.

Cuando se le preguntó si su cliente era el “gobernador adjunto A” mencionado, el abogado de Greenlee no lo negó. Tampoco quiso decir si su cliente estaba cooperando con las autoridades federales en la investigación.

Las dos cámaras del Parlamento de Illinois tienen previsto reunirse el lunes para decidir qué pasos dar para resolver el problema. Según las leyes del estado, la designación de un senador cuando se produce una vacante corresponde exclusivamente al gobernador. Sin embargo, después del escándalo, los legisladores quieren convocar a una elección especial para ocupar la banca que dejó vacante Obama en el Senado. De todas formas, esta ley debería ser promulgada por el gobernador Blagojevich.

El gobernador se aferra a su cargo porque es la última ficha de negociación que le queda. Ayer el fiscal Montgomery no quiso decir si estaba dispuesto a negociar una reducción de penas a cambio de la renuncia de Blagojevich.