Desde Jerusalén

Israel se prepara para el anunciado ataque a la Franja de Gaza. Será un ataque “limitado” y “combinado”, que incluirá operaciones aéreas y terrestres, detallaba ayer el diario Haaretz. Parte de los preparativos pasaron ayer por la apertura de uno de los pasos fronterizos para permitir el aprovisionamiento de la población antes de la incursión. Israel permitió ayer la entrada de una cantidad limitada de medicinas, combustible y alimentos a Gaza, tras casi dos años de un férreo bloqueo con el que el Estado hebreo pretende castigar a Hamas.

Naciones Unidas ha alertado reiteradamente del desastre humanitario al que se enfrenta a diario el millón y medio de palestinos que se hacinan en la franja. El ministro de Defensa, Ehud Barak, anunció la noche del jueves que había ordenado la apertura de los pasos para permitir la entrada de “provisiones humanitarias esenciales” en respuesta a las peticiones de la comunidad internacional. Los tambores de guerra comenzaron a redoblar en Israel durante el pasado fin de semana tras la ruptura de la precaria tregua que el movimiento islamista Hamas y el Estado hebreo mantuvieron durante los últimos seis meses. Desde entonces, más de 200 proyectiles de los grupos armados palestinos han impactado en territorio israelí sin causar víctimas. El ejército israelí, por su parte, ha llevado a cabo varias incursiones en la franja y ha matado a cinco milicianos. También ayer, dos niñas murieron al caer sobre su casa y por error obuses de mortero palestinos, según informó la agencia de noticias palestina Maan.

Pero a pesar de la escalada de la tensión en las últimas horas, no está previsto que Israel ordene el ataque hasta que el primer ministro Ehud Olmert se reúna el domingo con los miembros de su gabinete y consulte con los expertos militares. Aun así, el vecino Egipto, mediador entre las partes, anunció ya ayer, en declaraciones a la radio israelí, sus preparativos para reforzar su frontera con vistas a un posible ataque. En enero pasado, hombres de Hamas reventaron a bombazos el paso fronterizo con Egipto y miles de palestinos consiguieron escapar el cerco israelí.

Egipto, el país cuya mediación logró el pasado verano arrancar el acuerdo de tregua a israelíes y palestinos, ha renovado en los últimos días sus ofertas de arbitraje, aunque de momento tienen pocos visos de prosperar. El jueves, la ministra de Exteriores israelí, Tzipi Livni, viajó hasta El Cairo, invitada por el presidente egipcio, Hosni Mubarak, al que dejó claro que Israel no tiene intención de obedecer a las llamadas a la calma egipcias: “Hamas tiene que entender que el deseo de Israel de vivir en una región en paz no significa que vaya a aceptar la situación actual, en la que los cohetes no cesan. Basta significa basta.” Por su parte, el movimiento islamista que se hizo con el control de la franja en junio del año pasado dice no estar dispuesto a renovar la tregua si Israel no cesa sus ataques militares y si no abre los pasos fronterizos para aliviar la situación humanitaria de la franja.

La convocatoria de elecciones en Israel el próximo 10 de febrero ha hecho que algunos políticos israelíes –sobre todo los que no están en la oposición– se mostraran hasta hace un par de días reacios a emprender una campaña militar en Gaza que pudiera enturbiar su imagen con vistas a los comicios. Pero la lluvia de cohetes, la presión de los habitantes del sur de Israel castigados por los ataques palestinos y la del resto de la clase política –hasta el izquierdista Meretz se ha pronunciado a favor de la vía militar– ha hecho que hasta el hasta ahora prudente ministro de Defensa Ehud Barak haya decidido atacar.

* De El País de España. Especial para Página/12.