Mié 07.01.2009

EL MUNDO  › LO HABíA NOMBRADO EL GOBERNADOR QUE PUSO EN VENTA LA BANCA

El Congreso rechazó al sucesor de Obama

Roland Burris dijo que no fue autorizado a sesionar después de haber sido nombrado por el gobernador de Illinois, Rod Blagojevich, implicado en un escándalo de corrupción. Hablará con sus abogados para ver si la decisión tiene vuelta atrás.

El Congreso de Estados Unidos reanudó ayer sus tareas bajo una intensa llovizna y en medio de una agitada sesión. Roland Burris, el sucesor de Barack Obama en el Senado, fue excluido de su banca antes de prestar juramento, en medio de un escándalo de corrupción, en momentos en que los legisladores deben abocarse a la discusión del plan de rescate económico.

Burris llegó al Capitolio para el comienzo de la 111ª sesión y fue recibido por un enjambre de fotógrafos y periodistas en lo que parecía una comedia de enredos. Escoltado por policías que lo ayudaban a abrirse paso llegó a la oficina de Nancy Erickson, la secretaria del Senado, a quien le presentó sus credenciales, sólo para que ella se las rechazara. Burris dijo que no fue autorizado a sesionar después de haber sido nombrado por el gobernador de Illinois, Rod Blagojevich, implicado en un escándalo por acusaciones de que intentó vender la banca.

“Presenté mis credenciales a la secretaria del Senado, y fui notificado de que no estaban en orden”, dijo Burris a la prensa a la salida del edificio del Congreso. “No me van a aceptar, no podré ocupar mi banca ni participar en las sesiones”, agregó, asegurando que no buscaba ninguna confrontación. “Ahora consultaré con mis abogados y juntos decidiremos cuál será nuestro próximo paso”, dijo. Uno de sus abogados, Tim Wright, declaró que el rechazo del Senado era “ilegal” y que tenía previsto presentar una demanda ante la Justicia, con el objetivo de convencer a los legisladores de que revean su decisión.

De hecho, no existe ningún texto legal que se oponga a su nominación. Cada seis años se renueva un tercio de los 100 senadores estadounidenses, pero en caso de que una banca quede vacante, es el gobernador del estado representado quien elige al reemplazante. El asunto es que el gobernador de Illinois fue brevemente detenido, acusado a partir de escuchas telefónicas de haber intentado vender la banca. Desde entonces, decenas de figuras de todas las filas políticas han exhortado al gobernador a renunciar.

“Ninguna persona designada por el gobernador Blagojevich puede representar a Illinois o ser considerada por el grupo demócrata”, advirtió el jefe de la mayoría demócrata en el Senado, Harry Reid. Hasta el mismo Obama se opuso a que Blagojevich designara a su sucesor. Burris “es una persona de bien y un competente funcionario del estado (fue ministro de Justicia de Illinois), pero los demócratas del Senado han expresado claramente hace varias semanas que no pueden aceptar un nombramiento realizado por un gobernador acusado de haber intentado vender ese escaño en el Senado”, declaró Obama.

Pero lo que menos necesita Obama, que asumirá como presidente el 20 de enero, es una controversia en el Congreso. Sobre todo, cuando necesita el apoyo de los legisladores a su plan de reactivación económica de 775.000 millones de dólares. Obama, que desde el lunes intenta convencer a los legisladores sobre la importancia del plan de relanzamiento económico, aseguró que “los estadounidenses (...) cuentan con que nosotros tratemos la crisis rápidamente y de manera audaz, pero responsable”. El presidente electo intentaba además tranquilizar a los republicanos, preocupados por el costo del plan económico, que podría aumentar luego de que el texto sea analizado por las dos cámaras del Congreso.

Como resultado de las elecciones del pasado 4 de noviembre, por primera vez en 16 años los demócratas controlan el Congreso, con al menos siete escaños adicionales en el Senado y 21 en la Cámara baja, y tienen a uno de los suyos en la Casa Blanca.

Otra nominación en el Senado que genera muchos resquemores es la de Caroline Kennedy, hija del presidente asesinado John F. Kennedy, que aspira a ocupar el puesto que deja Hillary Clinton como senadora por Nueva York. Pese a lo ilustre de su apellido, la joven no convence a los demócratas más veteranos ni a los neoyorquinos, que dudan de sus aptitudes políticas. Pero al igual que el caso de Illinois, es el gobernador de Nueva York, David Paterson, el que decidirá su suerte.

Y para complicar más las cosas, un recuento de votos indicó que el demócrata Al Franken habría ganado el escaño en el Senado por el estado de Minnesota. Pero la batalla por el puesto no terminaría allí, ya que su rival republicano aseguró que apelaría el resultado. Si se confirma la elección de Franken, los demócratas ocuparán 59 de los 100 escaños del Senado.

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