El presidente electo de Estados Unidos, Barack Obama, se entrevistó ayer con el presidente de México, Felipe Calderón, y precisó algunos puntos de lo que será una nueva etapa en la relación de su país con América latina. “México es un aliado clave al sur de nuestra frontera, y será muy importante para expandir la democracia, los derechos humanos, para mandar el mensaje de que a pesar de algunas de las tensiones que existieron en los últimos años entre Estados Unidos y América latina, estamos listos para pasar la página, y abrir un buen capítulo en esa historia”, declaró Obama tras el encuentro con Calderón.

El presidente mexicano se reunió con Obama para compartir un almuerzo de trabajo en la sede del Instituto Cultural Mexicano en la capital estadounidense, continuando una tradición implantada desde 1980 según la cual los presidentes electos norteamericanos se reúnen con los mandatarios mexicanos. “Mi mensaje es que mi administración estará lista desde el primer día para construir una excelente relación con México. Nuestros vínculos son fuertes y creo que podemos reforzarlos aún más”, dijo Obama. Durante el encuentro, los dos mandatarios abordaron “de manera general” cuestiones como el comercio bilateral, la inmigración o la violencia procedente del narcotráfico. Respecto de este último punto, Obama alabó el “extraordinario valor” del mandatario mexicano en su lucha contra las drogas al tiempo que se mostró favorable a continuar con la “Iniciativa Mérida”, un paquete de ayuda económica para luchar contra el narcotráfico en México aprobado por Bush en el 2007. “Mientras más seguro esté México, más seguro estará EE.UU.”,

expresó Calderón.

Por su parte, el mexicano se mostró optimista sobre la entrevista. “Estoy seguro de que este encuentro será el inicio de una extraordinaria época de colaboración”, declaró, al tiempo que señaló que los temas de medio ambiente, energía y seguridad ocuparán un lugar importante en la futura agenda de ambos gobiernos. Para ello, dijo que México pidió a Estados Unidos “una alianza estratégica”, a fin de optimizar los canales de comunicación entre los dos países.

Esta es la primera reunión entre Obama y un mandatario extranjero tras su victoria en las elecciones de noviembre pasado.